Los vecinos del barrio Juan XXIII vivieron un antes y un después luego de temporal que dejó a la zona llena de barro y agua, con casas desbordadas con líquidos cloacales y la desesperación de haberlo perdido todo.
Algunos habitantes se fueron de sus casas y otros decidieron quedarse y luchar contra la desidia, por eso además de reclamar por máquinas para sacar el barro, se arremangaron y comenzaron a conseguir donaciones de distintas partes del país para poder repartir entre los vecinos.
Luego de infructuosos pedidos de edificios a la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, una vecina que vio destruida su casa, decidió prestarla para centro de entrega de las donaciones que se recolectan, y a 115 días del temporal continúan con la tarea de hacer llegar a los que más necesitan un alimento u otro elemento de primera necesidad.
Todos los sábados a partir de las 15:00 en la calle Juana Azurduy casi Kennedy se realizan las entregas.
Los vecinos pidieron a través de El Patagónico la colaboración con donaciones porque ya escasean y "todavía hay gente que necesita".
"Nos estamos quedando sin donaciones y todavía es mucha la gente que necesita, así que cualquiera que pueda llevar una donación será bienvenido" dijo una de las vecinas autoconvocadas.