A los 65 años decidiò que querIa salir a conocer el mundo

Se trata de la bisabuela que viaja en bicicleta. Es inglesa, tiene 78 años y ya pedaleó más de 20.000 kilómetros por Estados Unidos, Europa y Filipinas. Empezó a viajar en bicicleta a los 65, la misma edad a la que la mayoría de la gente abandona sus propósitos más "físicos".
La lista de países que ha transitado esta profesora de inglés jubilada va de Estados Unidos a Francia, Bélgica, Alemania, Países Bajos, España, Portugal, Dinamarca, Suecia o Reino Unido, de donde es oriunda. "Normalmente mis viajes son de unos 1.600 kilómetros, que hago en entre tres y cuatro semanas. Los he estado haciendo durante 13 años, a un ritmo de uno a dos viajes al año, así que el total debe andar sobre los 21 o 22.000 kilómetros", explicó hace poco la anciana a la cadena CNN, que la entrevistó mientras recorría la costa irlandesa.
"Simplemente, hazlo", dice Ethel Mac Donald cuando le preguntan por el consejo que podría darles a otros. Cuando la mayoría de la gente se jubila para pasar los días en casa o con la familia, ella comenzó a moverse más que nunca y aprovechar su tiempo a pleno: a los 65 años decidió que quería salir a conocer el mundo en bicicleta, y ya lleva recorridos más de 20.000 kilómetros por buena parte de Europa y Estados Unidos. Hoy tiene 78 años, y ni piensa en detener su pedaleo.
Tras haber estado el año pasado en Filipinas e Irlanda, asegura que le gustaría continuar por Cuba: "puede que no pueda hacer tanto pasados los 80 años. Quizá me queden un par de años con este ritmo. Estoy sopesando la posibilidad de hacer menos kilómetros y más turismo".
Su única compañía cada vez que sale de su casa de Missoula (Montana) es la bici, que suele ser una rosada plegable. No obstante, en sus aventuras siempre amplía ese círculo, pues duerme en casa de otros viajeros que abren sus habitaciones para ella utilizando redes como Coachsurfing o Warmshowers (sólo para ciclistas). Según contó, le encanta recorrer el mundo así, por "la inspiración, las conexiones y los recuerdos" que se generan, así como por el "gran intercambio cultural". De hecho, fotografía a cada uno de sus anfitriones y escribe sus impresiones sobre ellos en un libro.
Esta bisabuela (tiene dos hijos, un nieto y una bisnieta) también recibe a viajeros en su hogar, que se ubica en un lugar especialmente interesante para los ciclistas debido a sus posibilidades para paseos y aventuras. Curiosamente, sin embargo, ella empezó a montar en bicicleta a los 40, cuando se divorció y tuvo que cambiarse de ciudad, y ahora no podría vivir sin ello.

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