Chubut pretende soluciones duraderas desde Nación

Mario Das Neves reclamó ayer, públicamente, que la asistencia financiera que el Estado chubutense está requiriendo a Nación debe ser "real y duradera" y recordó que la situación que vive la provincia "es difícil" ya que "todos saben en qué condiciones la tomamos. Nos abocamos a la tarea de tratar de solucionar los problemas".
El gobernador Mario Das Neves aseguró ayer que en las últimas dos semanas “hemos encaminado acuerdos con Nación. En ese sentido estamos bien porque más allá de las idas y vueltas que tenemos el diálogo existe”.
Das Neves recordó que, en búsqueda de la solución del problema de financiamiento, mantuvo reuniones con el ministro del Interior de Nación, Rogelio Frigerio (n), con quien "hemos avanzado" y dijo que en poco tiempo "puede haber novedades ya que hubo una cantidad de envíos de fondos del gobierno nacional hacia otras provincias que no se han manejado bien y a nosotros nos pasaron por arriba".
Indicó que de concretarse el financiamiento que recibiría Chubut de parte de Nación "se terminaría bien el 2017 y el 2018", aunque aseguró que "si vas a solicitar todos los meses los agujeros que tenes, es de nunca acabar", por lo que consideró que “debe haber una respuesta real y duradera".
Al hacer referencia a la situación financiera de los municipios, Das Neves sostuvo que "están complicados porque todo tiene que ver con todo" y mencionó la caída de ingresos por regalías que “también repercute dentro de las municipalidades”.

EL RECLAMO DE BUENOS AIRES
En este contexto, no hay que perder de vista la disputa que enfrenta a Buenos Aires con el resto de las provincias por el viejo Fondo del Conurbano. Creado en 1992 para reparar la coparticipación que Buenos Aires había resignado en los ‘80, el Fondo arrancó con un reparto de la recaudación del Impuesto a las Ganancias que le asignaba el 10% o, como mínimo, $ 650 millones al año. El excedente se repartiría entre las otras jurisdicciones, excluida la actual Ciudad Autónoma.
Pero el problema, la verdadera historia, empezó a mediados de los ‘90, cuando los 650 millones fueron congelados y se dispuso que la recaudación restante fuese a las provincias. A 22 en total y según la coparticipación que a cada una le tocara.
Ahora María Eugenia Vidal ha reclamado ante la Corte Suprema de Justicia que el Fondo vuelva a ser lo que fue al principio.
El Iaraf, un instituto especializado en análisis fiscal, estima que el 10% pleno de Ganancias representaría este año 53.024 millones de pesos. Descontada la garantía de 650 millones, la cuenta final arroja $ 52.374 millones.
Pesos más, pesos menos, ese monto recuperaría Vidal y la misma cifra perderían 22 provincias. Sin excepciones, todas caerían en la volteada aunque medido en plata contante y sonante los grandes derrotados irían desde Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, hasta Tucumán, Chaco y Mendoza. O desde $ 5.900 millones a $ 2.760 millones por cabeza.
Es obvio que ningún gobernador aceptará ceder la cantidad de dinero que surgiría del reclamo de Vidal. Admiten que Buenos Aires ha sido injustamente castigada durante años, pero al mismo tiempo plantean que la plata salga de la Nación. Eso explica que la liga de mandatarios siga creciendo.
El Iaraf baraja varias alternativas al planteo de Vidal. En la mayoría la gobernadora resigna algo de lo que pide pero, aunque menos, siempre las provincias salen perdiendo.
Previsible ya, los gobernadores contraatacarán con los recursos que dejan en manos del poder central por el muy desparejo reparto de la coparticipación tributaria. Primero en la lista va el impuesto al cheque y le siguen las tajadas del IVA (11% del ingreso total) y de Ganancias (20%) que quedan en la ANSeS; más los gravámenes a los cigarrillos, el monotributo y combustibles.
Pero la madre de todas las batallas o, mejor, de las negociaciones que vienen, será el impuesto al cheque. Es que de ahí entre las veinticuatro provincias comparten apenas el 17% de la recaudación. El 83% va para la Nación, incluido poco más del 2% de ANSeS.
Más nítida surge la desigualdad, si se proyecta a todo el año la actual recaudación del impuesto. Esto arroja notables $ 139.000 millones contra sólo $ 29.000 millones distribuidos en el conglomerado provincial.
Pero pronto habrá una oportunidad, pues el impuesto vence a fin de año. Y como el resultado de dejarlo caer dejará a todos sin un peso, la partida se dirimirá en la negociación de reformas al sistema de reparto.

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