Comodoro se ha inundado con 100 milímetros y también con 14

Uno de los últimos antecedentes de lluvias tan significativas como las registradas en los últimos días data del 14 de enero de 2014, cuando el Servicio Meteorológico informaba precipitaciones de 100 milímetros sobre la ciudad que causaron estragos en diferentes sectores del ejido.
Un violento temporal de lluvia y granizo azotó a Comodoro Rivadavia durante la noche y madrugada del 14 de enero de 2014, con caudales similares a los registrados esta vez: el servicio meteorológico nacional informaba precipitaciones de 100 milímetros sobre la ciudad petrolera.
La postal de entonces cabe fácilmente en lo que se vivió entre el miércoles y ayer a la madrugada: las calles se convirtieron en ríos que arrastraban viviendas y autos, cinco heridos internados y la correntada bajando del Chenque a toda velocidad como causa de los mayores daños.
El saldo material fue de unas 50 viviendas dañadas. Muchas de ellas totalmente derrumbadas y dos completamente arrastradas por el agua. Varios vehículos quedaron presos de las corrientes como consecuencia del diluvio, en el que 30 automovilistas debieron ser rescatados. El apagón tampoco estuvo ausente esta vez, afectando a la mayoría de los barrios de la zona norte y un total de 70 comodorenses debieron ser evacuados ante el riesgo en sus hogares.
"La tormenta pasó pero las consecuencias son terribles y estamos en un verdadero caos" dijo el entontes intendente, Néstor DiPierro, que se disponía a sobrevolar en el helicóptero de la Prefectura los sectores más afectados donde "fueron damnificadas familias que hace 30 años viven ahí, en situación de humildad pero de manera estable".
Según explicó, el sobrevuelo permitiría "tener acceso al menos visual en algunos lugares a los que todavía no se pudo arribar por otros medios, incluso con los unimog de la Gendarmería. No tuvimos muertos de casualidad".
Otra vez los barrios más afectados fueron los de la zona oeste, como Juan XXIII y Abel Amaya y se estimaba que el número de evacuados debió ser mucho mayor, pero las familias se negaban a dejar sus viviendas por temor a saqueos, mientras que las avenidas Chile, Congreso y Roca eran ríos caudalosos que transportaron toda el agua que bajó del cerro hacia el mar, por lo que los vehículos en tránsito sobre la ruta 3 padecieron las consecuencias.
El primer día de 2016 también llovió fuerte. La media fue bastante más baja que en las tormentas anteriores, pero los 14 milímetros que cayeron durante esa tarde fueron suficientes para que 10 familias necesitaran asistencia.
Las precipitaciones comenzaron a las 18 del viernes 1 de enero y se extendieron durante una hora y media, aunque tras los primeros 50 minutos ya había varias calles anegadas y hubo que organizar cuadrillas municipales para dar asistencia en numerosos barrios. Abel Amaya, 1008 Viviendas, Argimiro Moure, San Cayetano y las avenidas Roca y La Nación fueron otra vez los sectores que más padecieron.

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