Confirmaron la condena a matrimonio boliviano por explotar a una menor

María Eugenia Tenorio García (30) y Edwin Cuevas Aruquipe (38) fueron condenados por el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia por trata de personas en mayo del 2015. Ayer la Cámara Federal rechazó el recurso presentado por la defensa.

En el marco de un juicio oral y público al que fueron sometidos en mayo del año pasado María Eugenia Tenorio García (30) y Edwin Cuevas Aruquipe (38) por trata de personas, ayer la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena para el matrimonio.

La causa se inició el 1 de febrero de 2010, cuando la Policía Federal rescató a una adolescente de 16 años que vivía con el matrimonio en cuestión en una vivienda del barrio Moure de Comodoro Rivadavia.

El año pasado fuera confirmada la condena para ambos, donde se encontró a María Eugenia Tenorio García como autora responsable del delito de trata de persona menor de 18 años, y se la condenó a cuatro años de prisión, mientras que su pareja, Edwin Cuevas Aruquipe, fue considerado partícipe secundario y recibió tres años de prisión en suspenso.

El matrimonio había sido juzgado por haber hecho ingresar al país a una chica menor de edad a la que obligaron a trabajar, como servidumbre, sin ningún pago a cambio y en condiciones de maltrato físico y moral.

Ayer la Sala IV de la Cámara Federal estuvo integrada por los jueces Juan Carlos Gemignani, Gustavo M. Hornos y Mariano Hernán Borinsky, confirmaron la condena-indicó Pàgina 12- y declararon inadmisible el recurso extraordinario solicitado por la defensa de los imputados contra la sentencia.

Casación confirmó que la joven fue trasladada a la Argentina, para luego "retenerla en su domicilio particular donde fue forzada a trabajar como niñera, empleada doméstica y a realizar trabajos de albañilería sin recibir pago alguno, además de sufrir maltrato físico y emocional por parte de sus captores".

Cabe recordar que en 2007 la menor se había escapado de su casa en Cochabamba porque tenía una relación conflictiva con su madre, su padre había fallecido y la obligaban a trabajar en la cosecha del maíz.

Luego, fue contactada por García, que la trasladó a Comodoro Rivadavia, con el fin de trabajar como niñera, pero también tenía que realizar otras tareas domésticas, sin pago alguno y hasta "le pegaban cuando comía algún alimento que tenía prohibido".

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