Dejan encerrada a la empleada de una tienda céntrica tras un robo

Un individuo vestido con un mameluco y gafas oscuras asaltó ayer por la tarde la tienda de ropa y complementos "Zoco", ubicada en Belgrano al 900. Se llevó 1.000 pesos de la caja registradora, el teléfono celular de la empleada y prendas de vestir. Una vez consumado el robo, ató y encerró a la trabajadora en el baño del local. Los comerciantes del sector se percataron del inconveniente cuando la joven comenzó a pedir auxilio, y los policías tuvieron que romper la puerta para poder ingresar al local y socorrer a la empleada.
La empleada de la tienda "Zoco", que se encuentra en calle Belgrano, entre San Martín y Sarmiento, ayer a las 15:30, abrió el local como lo hace comúnmente de lunes a sábado. Primero subió las persianas y luego comenzó a ordenar la mercadería nueva que había llegado al local.
La jornada transcurría como siempre; los clientes consultaban y compraban indumentaria. Sin embargo, alrededor de las 16:30, ingresó un individuo vestido con un mameluco y gafas oscuras. Pidió ver unas remeras y de inmediato sacó entre sus pertenencias un arma casera, denominada "tumbera", y amenazó a la empleada que está embarazada.
El delincuente redujo a la trabajadora y le ató las manos con una prenda de vestir para luego comenzar a revisar el local, pero se estima que por temor a ser descubierto sólo se llevó 1.000 pesos que se encontraban en la caja registradora y que la empleada usaba como cambio, el teléfono celular de la joven y vestimentas. No satisfecho con el robo el malviviente encerró a la mujer en el baño y buscó la llave del local para dejarla encerrada.

ROMPER PARA ABRIR
La trabajadora con el paso de los minutos comenzó a gritar para que alguien la ayude a salir del baño. Los gritos fueron escuchados por un transeúnte que pasaba por la zona, a quien le llamó la atención que la puerta estuviera cerrada. Intentó a abrirla pero no pudo y luego escuchó el llanto de la empleada. "Ayúdeme por favor. Estoy embarazada", gritó.
Los demás comerciantes de la zona al advertir lo que sucedía dieron aviso al personal policial de la Seccional Primera. Cuando llegaron los efectivos, la puerta de la tienda céntrica estaba cerrada y no permitía que pudieran ingresar al local. "Tiene trabas en dos partes por eso no la pueden abrir", explicó uno de los comerciantes.
Precisamente, uno de los negociantes sacó un martillo de su vehículo y comenzó a pegarle a la puerta para lograr abrirla, pero esto no dio resultado y por la intensidad de los golpes, el mango de la herramienta quedó partido en dos partes.
Luego llegaron los trabajadores de una obra en construcción lindante. Con una barreta pequeña hicieron fuerza sobre la puerta, pero no cedió. Mientras tanto, la joven seguía adentro del baño con un ataque de nervios.
Fastidiados por no poder ingresar al local, los efectivos policiales comenzaron a darles patadas a la entrada, pero la estructura tampoco pudo ser vencida y muchos efectivos agotaron sus energías tratando de ingresar al local, aunque se vieron frustrados en su intento.
Finalmente, la puerta no cedió hasta que un trabajador fue a buscar una nueva barreta y comenzó a hacer "palanca" contra el acceso. Fueron cinco minutos de golpes certeros hasta que la cerradura fue destruida y los policías pudieron socorrer a la damnificada, quien se encontraba en estado de shock por la situación que le tocó vivir.
En el interior, los efectivos tranquilizaron a la empleada y llamaron a una ambulancia del Hospital Regional, luego de que se enteraran que se encontraba embarazada. Los médicos revisaron a la víctima y comprobaron que se encontraba en perfectas condiciones, pese al momento que atravesó.
Cabe destacar que el comercio no cuenta con cámara de video que permitan obtener la descripción del delincuente. La Brigada de Investigaciones, que tomó intervención en el caso, tendrá una difícil tarea, ya que tampoco se encontraron testigos del hecho en el lugar.


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