Dos inmigrantes fueron los primeros mártires de la industria del petróleo

El alemán Ernesto Mohwinkel y el ruso Ivan Mokan fallecieron el 10 de noviembre de 1909, tras una explosión que se produjo en el Pozo Nº 5, el cual estaba instalado en la costa de lo que hoy es Kilómetro 5. Este año por primera vez fueron recordados y homenajeados.
Un monolito quizás sea en parte el homenaje que el escritor Asencio Abeijón, quien supo darle poesía y simpleza a estas páginas, deseaba para el doctor Angel Federicci, aquel hombre que con su "ciencia pudo arrebatar cuatro a la muerte" a la primera tragedia de la industria petrolera, que se cobró dos vidas.
El monumento promete estar instalado el 10 de noviembre de 2016, cuando se cumpla un nuevo aniversario del accidente que le costó la vida al alemán Ernesto Mohwinkel (23) y al ruso Ivan Mokan (27), los primeros mártires de la industria petrolera, que cada año se queda con algún sueño a cuestas y una familia destruida. Será construido por la Asociación Detrás del Puente, en conjunto con estudiantes de diversas escuelas de Kilómetro 5, barrio en que se produjo el accidente aquella tarde de 1909. Tiempos en que gran parte Comodoro aún eran campamentos petroleros.
El objetivo es recordar el accidente en las figuras de los operarios petroleros, pero quizás tal como deseó Abeijon en su libro "Memorias de un carrero patagónico", sea también la excusa perfecta para recordar a aquel médico que salvó de la muerte a otros cuatro operarios afectados por la explosión.
Es que Federicci, luego de viajar desde Rawson de urgencia y asistir a los heridos, decidió llevarlos al Hospital Salesiano de la actual capital provincial, y con ese gesto de voluntad, compromiso y entereza logró arrebatarle a la muerte más víctimas.
Según recuerda Abeijón en "Fuego en Comodoro" el texto que narra esa tragedia, Federicci "siempre se desplazó hacia los cuatro puntos cardinales del desierto territorio, en largas distancias, llevando el desinteresado beneficio de su ciencia y su filantropía". Sin embargo, el nombre "de ese médico, no figura en Comodoro Rivadavia", y aunque es popular en Rawson y Trelew, no tiene su monumento. Por esto es que entiende en esas páginas, que hoy son más que el reflejo de la historia, que "esta deuda aún no se pagó ni en dinero ni en homenaje".

UNA TARDE DE DOLOR
El accidente de esa eterna tarde de enero se produjo a 590 metros de distancia de donde hoy está el puente de Kilómetro 5, hacia el noreste y a 70 metros de la orilla del mar "en marea alta".
Allí a sus alrededores hoy viven decenas de familias. Sin embargo, en ese entonces la zona solo era conocida por el aquel pozo explotado por la Compañía de Perforaciones Golfo San Jorge, que perforaba por contrato con la Dirección de Minas, Geología e Hidrología.
Cuenta la historia que ese 10 de diciembre el trépano había llegado a los 149 metros de profundidad, cuando de repente se produjo la explosión que mató a Mohwinkel y Mokan, e hirió gravemente a: Enrique Wodak (37), Iván Penteleczuk (27), Enrique Lanerlan (36), Vicente Warneski (28), Lurinken Arthien (24), Ian Schevnowski (27) y Maftei Popowicz (30), todos inmigrantes europeos.
El accidente obligó a que viajara a este poblado el médico Federicci quien tras cuatro días de periplo desde el valle, pudo asistir a cuatro de los heridos, mientras que otros tres tuvieron que ser trasladados al Hospital Rawson de Capital Federal en un barco a vapor.
El último 10 de noviembre, allí la Asociación Detrás del Puente realizó el primer homenaje oficial a estas víctimas, quienes sin quererlo son el primer antecedente de otros fallecidos en la industria, como Cristian Gutiérrez, el operario que murió en la explosión que el 27 de agosto de este año se produjo en la planta "La Petisa", operada por Tecpetrol en el yacimiento El Tordillo.
O Leandro Goic quien el 25 de marzo, también de este año, falleció en el yacimiento Cerro Dragón, que opera Pan American Energy. Sucedió al ser golpeado por un camión mientras desempeñaba tareas logísticas para equipos de pulling y workover.
En la tarde del 10 de noviembre último, sin la presencia de autoridades municipales ni de gremios petroleros se descubrió un cartel que recuerda la tragedia del Pozo n° 5. Fue a la misma hora en que se produjo la explosión en 1909.
La ceremonia fue presidida por Raquel Torres, presidenta de la entidad de rescate histórico, quien estuvo acompañada por el resto de la comisión directiva y vecinos.
Con emoción, como luego haría también Daniel Legaz, también integrante de comisión, recordaron aquella jornada ante la presencia de las banderas de la Federación de Comunidades Extranjeras, todo un símbolo de la inmigración en estas tierras de oro negro.
Fue una ceremonia sencilla, pero sin duda el primer paso para un gran camino hacia el redescubrimiento de la historia y por qué no hacia el sinceramiento de lo que realmente pasa en una industria donde muchas veces la muerte queda silenciada.

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