El día que todo fue azul y blanco bajo un cielo gris

La Loma fue una fiesta, de principio a fin del partido que consagró a Jorge Newbery. Una colmada "Madriguera" vitoreó a sus héroes, quienes tuvieron un recibimiento impresionante con fuegos artificiales que también iluminaron la jornada durante y después del encuentro. Las lágrimas y el desahogo de jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas, le pusieron el broche a una jornada llena de emociones.
Las bengalas de humo azul y blanco, los trapos, las camisetas, los gorritos, todo en un mismo tono, fue la postal que se estampó en una tarde de cielo gris, de tenue llovizna por momentos, en el barrio 9 de Julio.
Jorge Newbery, uno de los clubes más populares de Comodoro Rivadavia, hizo historia con el ascenso al torneo Federal B y su gente lo vivió a pleno, con sufrimiento, con desahogo y con lágrimas.
Los "vientos" acompañaron cada cántico entonado por una popular enardecida, y los fuegos artificiales iluminaron cada ilusión en el cielo, por varios minutos, antes, durante y después del partido. El aliento fue permanente, y explotó con los goles y tras el final.
"Que de la mano de Martín Tula, todos la vuelta vamos a dar", cantó la hinchada cuando finalizó el partido y se venía la definición desde el punto del penal. Y el arquero no defraudó: atajó el primero y otra vez fue héroe.
Consumado el ascenso, la invasión al campo de juego no pudo ser evitada, pero los festejos transcurrieron con total normalidad y el operativo de seguridad funcionó a la perfección. El buen comportamiento de locales y visitantes (llegó un centenar de hinchas de Círculo Deportivo), también colaboró para que la fiesta sea en paz.

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