El homicidio de Sanzana se produjo luego de una pelea en la bailanta

El juicio oral y público contra Enrique Ezequiel Barros comenzó ayer pasadas las 9 de la mañana en la sala principal de audiencias de la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia.
El juicio oral y público contra Enrique Ezequiel Barros comenzó ayer pasadas las 9 de la mañana en la sala principal de audiencias de la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia. El tribunal está presidido por el juez penal Alejandro Soñis y lo completan sus pares, Mariel Suárez y Gladys Olavarría. El Ministerio Público Fiscal es representado por el fiscal general, Adrián Cabral, mientras que el imputado fue asistido por Francisco Romero.
En la primera jornada se presentaron cuatro testigos que fueron ofrecidos por la parte acusadora y lo más relevante fue la declaración que prestó la concubina de la víctima, quien relató cómo fueron las últimas horas y la génesis del suceso que concluyó en la tragedia.
La joven, que tuvo una hija con Sanzana, contó que el sábado 30 de junio de 2013 fue a bailar a Gigante con su cuñada y en la bailanta se encontró con otros familiares y su pareja. Afirmó que dentro del boliche no hubo ningún problema y que todo ocurrió cuando salieron, cerca de las 6 de la mañana.
Según la testigo, Néstor Vásquez lo invitó a pelear a uno de los chicos que estaba cerca de ella, aunque confundido lo llamó por otro nombre. "Vení que te hago la pelea", habría dicho y en ese contexto la mujer recibió un golpe. La situación no fue tolerada por su pareja, Sanzana, y este se largó a pelear a puño limpio con Vásquez. Allí entraron en escena Polenta y Barros. Los tres contra Sanzana, aunque la policía tomó intervención y separó las partes, ordenándoles que se fueran.
"Se subieron a un auto y se fueron. Vásquez manejaba; de acompañante iba Polenta y Barros se sentó atrás", dijo la testigo y más adelante contó que mientras caminaban por el barrio San Martín observaron un auto que estaba en la cancha con las luces apagadas.
"Mi cuñada se dio cuenta que era el mismo auto y cuando ya estábamos cerca prendieron las luces y se bajó primero Polenta. Los tres comenzaron a tirar al montón. Tiraban a matar a cualquiera y todos salieron corriendo. Yo quedé tirada en el lugar, shoqueada. Mi marido se cayó en una montañita y los otros tres se acercaron para dispararle a corta distancia", agregó.
La mujer dijo más tarde que después de acribillar a su marido el auto en el que se fueron los atacantes pasó cerca de ella y recién allí se acercó a verlo pero ya estaba muerto.
Un auto que pasó por el lugar ayudó a trasladarlo al Hospital Regional, aunque llegó sin vida.
En la audiencia de ayer también declaró una hermana de la víctima y otros dos testigos. El debate continuará mañana.

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