El mate busca ser considerado Patrimonio Mundial de Unesco

El presidente de la Asociación de la Ruta de la Yerba Mate, Alejandro Grobber destacó las cualidades y la historia de un producto emblemático que identificó como "versátil" debido a que es "patrimonio histórico, productivo, cultural e industrial" de nuestro país.
La Ruta de la Yerba Mate es el camino que une e integra a todos los pueblos que antiguamente se ubicaban bajo la línea de las Misiones Jesuíticas Guaraníes. Cuenta con 30 reducciones y nace como "el camino de comercialización que permitió el autoabastecimiento de nuestros pueblos", explicó Grobber en Télam Radio.
"Gracias a la producción del 'oro verde' se pagaba el tributo a la corona española y todavía quedaba un rinde para poder desarrollarse y generar todo ese esplendor que lograron las comunidades durante los siglos XVII y XVIII", agregó.
El especialista expresó que "la yerba mate es un producto fantástico, representativo y exclusivo de la tierra colorada", por lo cual afirmó que "es un símbolo cultural y productivo de la Argentina que cuenta con mucho sustento de identidad".
Otros de los fundamentos que mencionó el titular de la Asociación, en pos de que la materia prima sea reconocida por la Unesco, es que la yerba nace, crece y se reproduce en nuestro suelo: "Es un árbol perenne que trasciende las fronteras en representación de los argentinos".
Asimismo, ratificó que es un producto con un "potencial impresionante y diversos usos" que se desarrolla y apuesta al crecimiento cultural y turístico de todo un país, ya que no sólo se expande por todo el territorio sino que también "la yerba mate con su ruta conquista al mundo".
LA HISTORIA
La infusión a base de yerba mate, (Ilex Paraguariensis, su nombre científico), un árbol nativo de la selva subtropical de América del Sur, es en la actualidad un hábito, que se remonta a los pueblos originarios guaraníes (antes de la llegada del hombre blanco).
Los guaraníes transmitieron a los padres de la Compañía de Jesús la forma de consumir yerba mate a través de infusiones (la que en lengua guaraní se llamaba "Caá-Mati") con propiedades energizantes, y revitalizadoras.
Los jesuitas, junto a los guaraníes, desarrollaron los primeros yerbales de cultivo, ubicados en el área de influencia de las propias Misiones Jesuítico-Guaraníes, ya que antes se la cosechaba en los montes. La Ruta de la Yerba Mate nació en el año 1645, en pleno desarrollo de la epopeya de las misiones jesuíticas cuando se aprobó la Ruta de Comercialización de la Yerba Mate, lo que permitió la libre circulación y el intercambio del oro verde entre los 30 pueblos jesuíticos y su sistema de estancias.

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