El presagio de Soria: "tengo que dejar todo pagado, así me voy bien"

Familiares y amigos de Yasmin Espinoza, así como la comunidad educativa de la Escuela 707, despidieron sus restos ayer en el cementerio de Kilómetro 9. Entre nuevos detalles que surgieron respecto de la masacre de Standart Centro, ayer se conoció que el prefecto asesino pagó por adelantado el sábado varias cuotas de la escuelita de fútbol de sus hijos y frente a un grupo de padres sostuvo: "tengo que dejar todo pagado, así me voy bien".

Ayer se vivió otra triste jornada en kilómetro 8 cuando se despidieron los restos de Yasmin Espinoza, de 14 años, quien en el ataque de la madrugada del lunes recibió un disparo en la cabeza y falleció 24 horas después en el área de terapia intensiva del Hospital Regional. Ya el martes se habían realizado los sepelios de su tío Gustavo Contreras (26) y de su abuela Lidia Peralta (54), también asesinados a tiros por Marcelo Osvaldo Soria (45), ex pareja de su madre Fabiana Contreras (36).

Para el funeral de la adolescente llegó desde Bahía Blanca su padre, quien también participa del cuidado de su hijo Lautaro Espinoza (16), quien se recupera de los disparos que recibió en un hombro, en una pierna y en el rostro por parte de Soria. Producto de ese último proyectil perdió dos piezas dentarias.

El chico se encuentra en la misma sala del Hospital Regional donde está internada su madre Fabiana. La ex pareja del prefecto Soria presenta un severo traumatismo en el rostro producto del golpe que recibió con el arma de fuego que tenía en su poder el triple homicida.

La mujer que ayer por la tarde concurrió al sepelio de su hija volvió a quedar internada y mientras es asistida por psicólogos y psiquiatras, permanece medicada con suero, calmantes y antibióticos. Una tía que llegó desde Bahía Blanca y un grupo de amigas se turnan para estar a su lado. Daniela, una de las amigas de la mujer, cuestionó ante El Patagónico: "Prefectura no fue a verla ningún día, sólo envió una corona" para el sepelio de Yasmin.

El último adiós a la niña se realizó ayer a las 13 en el cementerio de Kilómetro 9, donde concurrieron amigos, compañeros y profesores de la Escuela 707.

Daniela recordó que la niña "era muy activa, capitana del equipo de hándbol del club Petroquímica y muy querida".

SABADO DE PRESAGIO

Según las averiguaciones que realizaron las amigas de Fabiana, quienes organizan una marcha por pedido de justicia para mañana, Soria realizó durante la tarde del sábado distintas actividades con los hijos en común que tuvo con Fabiana, de 7 y 8 años.

Según contó Daniela, el suboficial de Prefectura concurrió el sábado al club Petroquímica a cortarle el cabello a uno de sus hijos y "zamarreó al niño adelante de la peluquera porque no se quería cortar el pelo". Según la amiga de Fabiana, era natural la violencia contra sus hijos, así como contra los de la mujer de la que se había separado de hecho hace seis meses.

"Siempre les daba órdenes a Lautaro y Yasmin; eran los que más sufrían el maltrato psicológico; era muy violento. La propia Fabiana temía por la vida de sus hijos. Incluso hostigaba al círculo íntimo de la familia. Fabiana sufrió muchas cosas", describió quien conocía el calvario que vivía la ex pareja de Soria.

A la vez, un grupo de padres que lleva a sus hijos a la escuelita de fútbol del club de Kilómetro 8 señaló que dialogaron el sábado con el prefecto, quien les contó que había abonado cinco cuotas que adeudaba y además adelantó otras cuatro. "Tengo que dejar todo pagado, así me voy bien", les había señalado a quienes interpretaron que tenía proyectado algún viaje.

Para Daniela, Soria "lo tenía todo planeado y sabía lo que estaba haciendo". Incluso, dijo que un integrante de la fuerza marítima le contó: "si yo hablo, pierdo el trabajo", en alusión a que se conocía la situación emocional del homicida dentro de la fuerza.

Daniela exigió que "Prefectura se haga cargo de la situación de Soria. Estuvo un mes en Buenos Aires durante este año, y un año estuvo sin prestar servicio por estrés".

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