El primer paso hacia un cambio en la legislación

Esquel y Trelew fueron las ciudades que marcaron la cancha en torno al debate sobre la vinculación del comercio sexual y la trata de personas al sancionar en el último mes ordenanzas que prohíben el funcionamiento de cabarets, whiskerías, clubes nocturnos, boites o establecimientos y locales nocturnos donde se promueva el sexo retribuido.
Si bien las normativas dejan un vacío en cuanto control sanitario y la seguridad, son el puntapié inicial para generar una discusión y trabajar en normativas reales para control de esta actividad, algo que falta también en Comodoro Rivadavia.
Esquel fue la primera ciudad de la provincia en sancionar la trata cero. Fue el jueves 12 de noviembre cuando su Concejo Deliberante aprobó el proyecto impulsado por la concejal Ada Martinelli, del Frente Para la Victoria.
El trabajo de la presidenta de la Comisión de Promoción Social contó para su aprobación con dos dictámenes del Juzgado Federal y el del asesor legal del recinto legislativo, además de un oficio judicial con el cual se relevó la cantidad de libretas sanitarias que se otorgaban desde el municipio.
Así fue sancionado por unanimidad, eliminando tras su promulgación la emisión de habilitaciones de este tipo de locales y cancelando al único local que se encontraba en funcionamiento luego de que el Juzgado Federal ejecutara un allanamiento sobre otros dos locales al detectar casos de trata de personas.
"Es uno de los delitos más importantes después del narcotráfico, donde se maneja más dinero; entonces no era fácil esta cuestión.
Hay que tener bastante coraje y estar seguro de lo que uno está haciendo, que es el cuidado de la gente, sobre todo de las jóvenes que están en una situación de vulnerabilidad porque son engañadas, estafadas y hay abuso de poder", dijo Martinelli tras la sanción del proyecto, en diálogo con El Patagónico.
El 2 de diciembre, en la última sesión del año, fue el turno de Trelew. En ese caso, la sanción de la ordenanza también fue por unanimidad. Sin embargo, se les otorgó a los locales nocturnos un plazo de 180 días para cerrar o cambiar de razón social.
El proyecto fue impulsado por la ex directora de la Familia de Trelew, Miriam Vázquez y recibió numerosas críticas, ya que las mujeres que se dedican a esa actividad sienten que estarán expuestas a la inseguridad y la violencia.
Quizás el rechazo más duro fue el de la Cátedra Abierta de Género de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco que señaló: "prostitución no es sinónimo de trata".
Y consideró que la aplicación de esta ordenanza "contribuirá a invisibilizar aún más el nefasto negocio de la trata de personas con fines de explotación sexual, sobre todo si no se acompaña de una seria investigación judicial y del castigo a los proxenetas que forman parte de sus redes".
"En este sentido nos resulta imprescindible plantear que cualquier proyecto que proponga abordar determinada temática o problemática sin considerar la experiencia y la opinión de quienes se verán afectadas por su aplicación, se convierte en una medida arbitraria ya que desoye la necesidad real y concreta", añade.
Frente a esto nos preguntamos, ¿cuál es la alternativa que este proyecto propone a las mujeres que no se encuentran en situación de trata y que igualmente se verán afectadas en caso de su aprobación?, ¿cómo garantizarán que no haya mujeres en situación de trata en los prostíbulos clandestinos que ya existen en Trelew y que seguramente serán más a partir de esta determinación?", agrega el documento considerando que la trata de personas representa un problema político, social, económico y cultural que requiere de una intervención seria y articulada ya que convive con la complicidad de muchas autoridades judiciales, funcionarios de gobierno y fuerzas de seguridad.

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