En noviembre Esquel se transforma en el destino ideal de los pescadores

La ciudad cordillerana, un clásico del turismo patagónico arranca su temporada e invita a los amantes de la pesca deportiva a disfrutar de espectaculares paisajes. Embarcado o en la costa de lagos, ríos y arroyos, en completa armonía con la naturaleza se puede experimentar la sensación de devolución de la pieza obtenida a su hábitat natural para la conservación del ecosistema.
Esquel, corazón de la Patagonia Argentina, se destaca por la belleza de su paisaje y por todo el abanico de actividades que ofrece en la naturaleza. Cuenta con una interesante transición de biomas a lo que se denomina "ecotono" ya que se transita desde la estepa patagónica hasta el bosque andino- patagónico, un verdadero espectáculo para los sentidos. Permite disfrutar de todos los encantos de la madre naturaleza y compartirlos con la familia o con amigos.
Una actividad especial que convoca y apasiona a todas las edades por igual es la pesca deportiva de truchas. Los diferentes lagos y ríos de la zona, con aguas puras y cristalinas que nacen en la Cordillera de los Andes, ofrecen condiciones extraordinarias para la reproducción y desarrollo de los salmónidos.
En esta zona son muchos los lugares de pesca a donde se pueden acceder. Entre los lugares más frecuentados se destacan el Río Arrayanes, el Lago Futalaufquen, el Río y Lago Rivadavia (todos estos en el Parque Nacional Los Alerces), el Río Grande o Futaleufú, el Río Percey, la Laguna Willimanco, e incluso en la Reserva Natural Urbana Laguna La Zeta a tan solo 4 kilómetros del centro de Esquel. Son sitios ideales para compartir un día de pesca entre amigos y la camaradería que caracteriza al pescador, una excusa más que perfecta para pescar inmersos en los paisajes de la cordillera chubutense.
La temporada abarca desde noviembre hasta abril, y en la enorme riqueza que ofrece la Comarca de los Alerces para la pesca deportiva se encuentran especies como el salmón encerrado, la trucha marrón, de arroyo, de lago, Arco Iris y el salmón del pacífico que congrega a pescadores de todo el mundo en esta zona de la Patagonia, ideal para la pesca con mosca.
Esta actividad, se puede realizar tanto embarcado – lo cual agrega un plus de aventura a la experiencia- como en la costa de lagos, ríos y arroyos. El entusiasmo por la pesca deportiva es muy difícil de explicar con palabras, el pescador eleva su adrenalina al pescar una trucha que le brinda pelea y dificulta su extracción, una experiencia cargada de emociones y sensaciones.
Esquel tiene opciones tanto para pescadores experimentados como para aficionados, dependiendo de lo que se busque vivir. La mayor sensación y gratitud es la devolución de la pieza obtenida a su hábitat natural para la conservación del ecosistema.
Gracias a que esta vasta región ofrece una gran diversidad de ambientes que van desde grandes lagos hasta arroyos perdidos en medio de la estepa, se puede disfrutar de diferentes modalidades de pesca.
Para quienes sea la primera vez en visitar Esquel en temporada de pesca, debe saber que es importante contar con el permiso correspondiente, porque la región cuenta con una estricta política ambiental orientada a la conservación del recurso.
Asimismo, allí puede optar por la contratación de guías de pesca, alojamiento, gastronomía. Está todo pensado para facilitar la estadía. Antes de viajar muchos disfrutan de diseñar y elaborar sus propios señuelos artificiales. Así, imaginando y recreando los insectos que los salmónidos devoran en su ambiente natural, quienes disfrutan de las artesanías pueden comenzar la planificación de su viaje.
Sin dudas, el mejor momento es estar en una embarcación, en un muelle, o parados sobre la costa, caña en mano, la cosmovisión del sueño hecho realidad. La vivencia encierra amaneceres, atardeceres, mucho aire puro y camaradería que supera cualquier experiencia. El pescador, se encuentra con su presa y logra capturarla, el mano a mano es un momento increíble, cuando se inicia el duelo. Finalmente llega la digna ceremonia de la devolución de la trucha a la libertad, para que nuestros hijos y nietos puedan continuar con este maravilloso encuentro entre el ser humano y su naturaleza. El pescador, ya disfrutó lo que siempre anheló, en un lugar de ensueño al que llaman "el corazón de la Patagonia Argentina, Esquel".
Año a año esta experiencia es revivida por padres e hijos, que renuevan y fortalecen vínculos; amigos que potencian su vínculo celebrando la vida juntos; y parejas que disfrutan del paisaje, el aire puro y de compartir la magia de la pesca deportiva.

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