Encontraron abandonado el auto robado a los jubilados del Roca

El vehículo robado el lunes a la mañana por "el asaltante de la pala" fue hallado por la policía abandonado en calle Cabo Valdez del barrio Isidro Quiroga. Se trata del Renault Sandero en el que el delincuente había cargado todo lo que le robó a un matrimonio de ancianos a los que ató y encerró en el baño luego de sorprenderlos durmiendo.

La Brigada de Investigaciones y la Seccional Tercera trabajan en procura de dar con "el asaltante de la pala". Mientras tanto ayer a las 7:30 se logró recuperar en el barrio Isidro Quiroga el vehículo de la familia damnificada, robado en el asalto del lunes a la mañana en el barrio Roca, del que dio cuenta de manera exclusiva El Patagónico.

Se trata del Renault Sandero -patente LMI 250- que se llevó el delincuente cuando sorprendió al matrimonio jubilado que descansaba en su vivienda de Jornada y Gardel. El vehículo apareció abandonado en la calle Cabo Valdez.

La Policía Científica levantó rastros en el automóvil que serán cotejados junto a los que se hallaron en la vivienda en busca del delincuente. El vehículo quedó secuestrado en la Comisaria Tercera a disposición de la Justicia.

Los investigadores presumen que el automóvil fue abandonado en la madrugada en ese sector aprovechando la oscuridad y que en el lugar no hay cámaras de seguridad con las que se monitoreen los movimientos. De todas formas, la policía ya analiza las cámaras de la zona en busca del momento en el que pudo haber pasado el Sandero hacia esa dirección.

EL ROBO

El ladrón ingresó el lunes a las 8:20 a Jornada y Carlos Gardel por el patio trasero. Rompió la ventana de la puerta de acceso y una vez en el interior amenazó a los dueños con la pala. Ató a las víctimas con cinta de embalar y una remera vieja.

Enrique y Laura, el matrimonio víctima vivió momentos de mucha tensión. Enrique no tenía puestos sus audífonos y el malviviente se molestaba porque este no lo escuchaba. Incluso hasta pensó llevarse a Laura como rehén, pero la mujer se resistió a subirse al automóvil.

El delincuente al encerrar a las víctimas en el baño comenzó a subir todos los elementos electrónicos en el Sandero: un televisor, el equipo de música -menos el control remoto que Laura quería publicar sarcásticamente en el Facebook así el ladrón también volvía a buscarlo- teléfonos celulares, reproductor de DVD, tablet y una notebook con información de Enrique.

Una vez que escuchó que el delincuente se marchó -después de 40 minutos de absoluto terror, ya que quería plata y los jubilados solo tenían 300 pesos consigo- la mujer liberó a su marido.

Laura contó a El Patagónico que el encapuchado cuando la quiso atar ya no tenía más cinta de embalar por lo que optó por maniatarla con una remera vieja. En un momento dado ella logró desatarse, pero fingió seguir atada para que el ladrón no la golpeara. Cuando se marchó, ella desató a su marido e intentó pedir ayuda por el teléfono. Pero no pudo, el ladrón había cortado la línea. Por eso salió al exterior y le pidió ayuda a su vecina que llamó a la policía.

Una de las vecinas ya estaba en alerta pensando de que algo malo podría haber ocurrido porque le llamaba la atención que en la vivienda eran las 8:30 y no se habían levantado las persianas, un hábito de la familia. Es que los vecinos de esa cuadra se cuidan mutuamente, pero esta vez la delincuencia logró su cometido.

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