Esta vez el aliento no alcanzó

Los hinchas argentinos brindaron ayer un espectáculo sin precedentes para una final de Copa Davis, con su aliento incesante a Juan Martín Del Potro y Leonardo Mayer, y transformaron el estadio Arena Zagreb en una "Bombonera", aunque el éxito no los acompañó, pero si se llevaron el reconocimiento de los croatas.
"La Bonboniera u Areni", fue el título de la edición digital del Sportske Novosti, el periódico deportivo de mayor importancia en Zagreb, que comparó el aliento de los hinchas en la Copa Davis con el que suele ofrecer la feligresía 'Xeneize' en el barrio de La Boca cuando alienta a sus colores.
El momento más emotivo fue cuando Del Potro y Mayer saltaron a la cancha para jugar el dobles, ahí los argentinos, ubicados en su gran mayoría detrás del banco del capitán Daniel Orsanic, pero diseminados por todo el estadio, se impusieron aún siendo amplia minoría, alrededor de 4.500 sobre los 13 mil presentes.
"Oh, Argentina, es un sentimiento, no puedo parar" mientras revoleaban sus remeras, bufandas y banderas sobre las cabezas, se entonó fuerte durante cinco minutos seguidos y paralizó a todo el estadio, ya que los croatas, atónitos, se transformaron en meros espectadores de un espectáculo ajeno.
"Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez" llegó enseguida cuando se dieron cuenta de que no tenían oposición, y mantuvieron la algarabía aún cuando los balcánicos Marin Cilic e Ivan Dodig se imponían con su juego en la cancha.
"Los argentinos viven con emoción cada punto, como si estuvieran en un partido de fútbol", comentaba un periodista español que se trasladó desde Madrid a Zagreb para cubrir la final.
Los hinchas, en su mayoría vestidos con los colores celeste y blanco que los identifica en el mundo, aunque también se distinguieron camisetas de clubes, sorprendieron cuando desplegaron una decena de yacarés inflables verdes para alentar al correntino 'Leo' Mayer, en un gesto muy original.
Los croatas, lógicamente más numerosos pero menos organizados, cantaban "Dodig, Cilic" y repetían una y otra vez los apellidos de sus tenistas, y también contaron con el apoyo de una banda musical con dos cantantes y dos bateristas que tocaban en los cambios de lado, eso únicamente para tapar los cantos de los argentinos.
Los hinchas se marcharon cabizbajos pero de ninguna manera derrotados, ya que la ilusión de conquistar por primera vez la Davis sigue intacta y lo que ayer fue frustración puede transformarse en festejo grande en menos de 24 horas.

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