Frustran motín en la alcaidía policial

Pablo Lara, condenado a 15 años de prisión por el homicidio de Segundo Rojas, ocurrido el 4 de mayo del 2014 en Esquel, ayer al mediodía intentó liderar un motín en el pabellón 4 de la alcaidía de Comodoro, aunque los otros reos no lo acompañaron. Todo empezó con una negativa a que le requisaran la celda luego del día de visitas. Se pidió apoyo en las comisarías y la situación se controló rápido.
Ayer al mediodía efectivos policiales que prestan servicio en la Alcaidía Policial debieron solicitar apoyo a todas las comisarías de Comodoro Rivadavia para prevenir un intento de motín.
Pablo Lara, que cumple en Comodoro una condena de 15 años de prisión por el homicidio de Segundo Rojas -ocurrido el 4 de mayo de 2014 en Esquel- se reveló al negarse a que le requisaran la celda y le inspeccionaran los barrotes de las aberturas, lo cual es habitual luego de un día de visitas.
Según informó el jefe del recinto carcelario, Víctor Farcy, el reo inclusive trató de liderar un motín en el Pabellón 4. Sin embargo, no encontró muchos adeptos, ya que sus compañeros de celda optaron por mantenerse al margen. Entre ellos está Jonathan Moreyra Cironi, el asesino del policía Néstor Manquepán, ocurrido en agosto de 2010.
Lara ya había tenido inconvenientes en Esquel en una comisaría donde también prendió fuego su celda, por lo que ayer cuando comenzó con el motín, los efectivos de la guardia de la Alcaidía pidieron refuerzos a todas las comisarías.
Sin embrago, se logró reducir rápido a Lara y llevarlo a una celda de aislamiento. "No hubo presos, ni policías lesionados", aclaró Farcy, más allá de que luego se sabría que alcanzó a tomar del cuello a un guardia. En tanto, tras la requisa que finalmente se pudo hacer, en su celda no se halló nada fuera de lo común.

UN SUJETO PELIGROSO

Pablo David Lara fue condenado a 15 años de prisión por ser coautor del homicidio de Segundo Rojas, ocurrido el 4 de mayo de 2014 alrededor de las 5, en la intersección de Urquiza y Roberts en la ciudad de Esquel.
En el juicio se pudo reconstruir que previo a la muerte de Rojas hubo una agresión previa hacia él, producida en el interior de la vivienda de los hermanos Lara. Una vez en el exterior Pablo Lara lanzó con violencia una gran piedra contra la cabeza de la víctima cuando ésta yacía en el suelo. Fue el golpe final.
Antes del juicio por ese homicidio, Lara ya había aceptado en juicio abreviado ser autor de tres hechos que fueron calificados como desobediencia y daño, tentativa de hurto y lesiones graves, por los que fue condenado a dos años y medio de prisión en suspenso, los que se sumaron a los 15 años por la muerte de Rojas.
Además, Lara desobedeció una orden del Juzgado de Familia de prohibición de acercamiento a su ex pareja el 1 de octubre de 2013 cuando fue a la casa de la joven, la agredió y le rompió el celular. Mientras, el 17 de octubre del mismo año a las 2:10 sustrajo elementos de una parada de taxis, siendo aprehendido en flagrancia.
El 15 de abril de 2014 a la madrugada, en el contexto de una discusión y empleando un cuchillo, hirió gravemente a un joven.
En otro hecho de ribetes violentos en el derrotero de Lara, el 27 de mayo de 2015 irrumpió en la sala de audiencias de Esquel y se abalanzó sobre un testigo que declaraba en el juicio por el homicidio de Rojas. Lara fue condenado también por ese episodio a un año de prisión de cumplimiento efectivo por amenazas y perturbación al ejercicio de funciones públicas.

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