Gustavo Díaz Melogno comenzó en febrero de 1991 el proyecto de la construcción de un barco donde participaron 12 jóvenes. La iniciativa solo contaba con un dinero necesario para comprar los materiales para construir el casco de la nave. Para ello Díaz Melogno había vendido su velero.
El proyecto contó con el aporte de la Administración General de Puertos que facilitó un espacio techado mientras que técnicos revisaron los planos del barco y los jóvenes comenzaron con la publicación y venta de una revista para financiar y difundir la propuesta.
Los esfuerzos realizados por el grupo se cristalizó el 13 de diciembre de 1991 cuando el catamarán, bautizado como "Gandul", fue botado al mar.
Así, sus creadores Gustavo Díaz Melogno -su esposa Ofelia García de Díaz, sus hijos Ignacio Díaz y Facundo Díaz-; Felipe García Tommasi, Rodrigo Barrera, Graciela Escudero, Víctor Correia, Javier Gil, Guillermo Villa, Conrado Nürnberg, Analía Pinelli, Federico García Tommasi, Adrián Callejón, Ignacio Maricich, Jorge Quintana, y Nicolás Bahl celebraban el trabajo realizado durante más de un año.
El velero contaba como características con 10,50 metros de eslora, una manga de 6,50 metros y un calado de un metro. El motor tenía una fuerza de borda de 35 HP (que luego sería cambiado por un motor fuera de borda de cuatro tiempos y 40 HP) y disponía del espacio necesario para que diez personas pudieran navegar con absolutas comodidades.
PRIMEROS VIAJES
El Gandul inició su primera gran aventura el 23 de febrero de 1992. Partió desde Comodoro Rivadavia hasta Puerto de Palos, en España, donde se realizó una actividad que incluyó la presentación del velero en la Expo Sevilla 92 y compartió espacio con las réplicas de las carabelas que utilizó para navegar Cristóbal Colón.
Los tripulantes emprendieron la vuelta en noviembre de 1992 pasando por la costa de Brasil hasta arribar en 24 de abril de 1993 al puerto de esta ciudad. Ese día gran cantidad de gente se acercó para recibir a los navegantes.
El barco estuvo dedicado a realizar cruceros y viajes de escuela de vela por la Patagonia durante los años siguientes hasta que en 1998 sufrió un semihundimiento en Puerto Madryn como consecuencia de los golpes provocados por una ballena franca austral que se había enredado en la amarra del velero. El reflotamiento fue posible gracias a la ayuda desinteresada de navegantes y buzos de la ciudad, con especial participación de jóvenes de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
Luego, la familia Díaz Melogno decidió realizar una "Vuelta al mundo" con el velero, pero debieron suspender el viaje al perder sus recursos como consecuencia de la economía Argentina hacia fines de 2001.
Entonces resolvieron emigrar a España a bordo del catamarán. Los primeros años en la madre patria fueron difíciles porque la falta de tiempo y dinero de los propietarios del Gandul derivaron en que el barco se viera completamente abandonado, pero la familia decidió recuperar su proyecto con una serie de trabajos que demandó tres años de esfuerzos para volver a navegar a partir de 2010.
LA ULTIMA TRAVESIA
En España, Gustavo Díaz Melogno decidió rearmar su vida junto a Begoña Filloy y en 2013 planificaron cruzar el Atlántico como antesala de una travesía de dar una vuelta al mundo en 2015.
El viaje transcurría según lo planeado, pero una serie de olas comenzaron a golpear al velero cuando se dirigían a las Islas Azores. Así el 5 de mayo de 2015, a las 23, los tripulantes tuvieron que pedir ayuda por radio ante las olas de 10 metros que amenazaban con terminar con sus vidas. Un portacontenedores turco denominado "Cafer Dede" respondió al pedido de auxilio, pero las maniobras de rescate significaron que el Gandul quedara destrozado en la primera aproximación del barco de mayor calado.
Los tripulantes fueron rescatados el 6 de mayo, a las 17, mientras los restos del mítico catamarán patagónico terminaron esparcidos en el océano Atlántico.
El martes se cumplirán 25 años desde que "Gandul" fue botado al mar y todos los artífices de su creación se volverán a reunir para compartir recuerdos.
- 10 diciembre 2016