"Hubiese preferido estar muerta o en el lugar de mi hija"

Tras haber sido condenada a prisión perpetua por la muerte de su hija de 7 meses, Carla Orellano, asegura que es inocente y que nadie la escuchó cuando ella pidió ayuda por ser víctima de violencia de género.

El 2 de noviembre de 2015 la Cámara Criminal de Río Gallegos condenó a la pena de prisión perpetua a Carla Orellano y Carlos Tortello, padres de Abigail, la beba de 7 meses que falleció en agosto de 2014 como consecuencia de maltratos.

Desde la cárcel, Carla, contó su versión de los hechos ya que asegura que ella era víctima de violencia de género por parte de su pareja, y que no tuvo nada que ver con los maltratos que sufrió la pequeña. "El día que pasó todo con Abigail, cuando cayó a terapia, ese día parte mía se fue con ella. No encuentro consuelo, es un dolor inexplicable y más de la manera que la perdí" dijo en una entrevista con Tiempo Sur.

Si bien la pareja contaba con operadoras sociales, la joven indicó que "los primeros meses cumplían un horario, pero a algunas no les importaba nada, no estaban pendientes, miraban tele, estaban con su celular y en situaciones en las que él me levantaba la mano o lo veían llegar alcoholizado, no lo comunicaron" incluso "hubo ocasiones en las que se quisieron ir con la bebe y con él y yo los amenacé con la policía" sin embargo "sólo una de ellas fue la que puso en un informe la violencia que yo sufrí".

Sobre la relación conflictiva con Tortello, relató que él no la dejaba ni un minuto solo por el temor de que lo abandonara y que en varias ocasiones la amenazó de muerte. "No es que él le hacía cosas a mi hija y yo lo toleraba, sino que se enojaba y se la llevaba a la pieza o nos metía a las dos y nos encerraba para que las operadoras no ingresaran", aclaró.

EL DIA QUE ABIGAIL "SE CAYO"

El 20 de agosto, Carla tenía una reunión en el Área de Niñez a la que había sido convocada por una trabajadora social y la psicóloga del equipo técnico. Tras finalizar el encuentro en donde pidió que su pareja sea retirado del hogar que compartían, relató que recibió un mensaje de él que decía "atendeme, la concha de tu madre". Lo llamo y atiende mi mamá y me dice que él estaba en el hospital".

Cuando llego al Regional "lo veo en el pasillo sentado y agarrándose la cabeza y ahí es donde le dije, ¿qué fue lo que paso? y me dice que la estaba bañando y 'se me cayó de la mesa'".

Carla se quiebra y reconoce que "no es fácil estar viva para contar esto, hubiese preferido estar muerta o en el lugar de mi hija. Él no sé si se irritaba con la bebé, pero si hizo esto para vengarse de mi, hubiese preferido que me matara a mí".

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"No salgo con ningún fin porque mi hija no va a volver pero si Dios me puso acá aún siendo inocente, esta lucha para mí recién comienza, yo por Abigail voy a seguir peleando y esto va a salir a la luz".

Todos los fines de semana, el hijo que tuvo con una pareja anterior la visita y en su celda se pueden ver los dibujos que le deja, en los que retrata imágenes de familia, de vida juntos.

"Este es un dolor que no se va a cerrar en mi vida, no pude despedir a mi hija porque la gente no me lo permitió. La sueño siempre porque la anhelo, yo los proyectos que tenía era verlos crecer, festejarles su cumpleaños, hacer cosas juntos".

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