La agenda de flexibilización laboral busca imponerse en el sector petrolero nacional

Con mucha paciencia, las operadoras fueron logrando algunos de sus objetivos. Aún con resistencia, el gremio de Chubut tuvo que resignar algunas cosas para evitar despidos.
Calificar de flexibilización laboral los últimos acuerdos firmados por los sindicatos petroleros genera resquemor entre los dirigentes, en especial los de Chubut y Santa Cruz que durante más de un año hablaron de no ceder ningún derecho o porción de sueldo a las operadoras. Sin embargo, más de 1.500 trabajadores en territorio chubutense tienen algún esquema laboral que incluye días de trabajo netos combinados con francos y días de suspensión sin sueldo, otros siguen con el sistema de stand by a la espera de que reactive algún equipo.
El número de empleados cayó por goteo entre despedidos de pequeñas empresas fundidas, retiros voluntarios -a través de un sistema de desvinculaciones que prevé la ley argentina- y las jubilaciones exprés a quienes reúnen los requisitos de una resolución del gobierno anterior. Casi un millar en los primeros seis meses de 2016, según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, y comentados por Patagónico Energía en su edición anterior.
"Algunas empresas se han quedado con un gran sobrante de gente que ya no lo pueden sostener y esto pone en riesgo a los trabajadores. En algún momento hay que blanquear la situación", afirmó el secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Chubut, Jorge Ávila.
El dirigente sindical considera, según lo que se conversa en las mesas de negociación, que si se incrementa el precio del gas para la Cuenca del Golfo San Jorge, ello permitiría un mejor margen para negociar "menos despidos". "En Comodoro, de 200 a 500 despidos va a haber. Esta es la realidad", indicó.
El escenario tambaleante de la crisis tiene algunos números preocupantes en Chubut: si en el segundo trimestre de 2015 había 14.000 trabajadores registrados en el petróleo, en el segundo trimestre de 2016 la cifra había caído a 13.000. Uno pocos lograron jubilarse con anticipación, pero muchos firmaron convenios de retiro voluntario a puertas cerradas con las empresas.
El caso que más exposición pública tiene es el de SP, cuyos dueños prefirieron no volver a Comodoro Rivadavia y presentaron la quiebra dejando una cola de ex operarios esperando que les paguen las indemnizaciones y 520 más (casi todos de la Cuenca San Jorge) a que les den garantías de estabilidad laboral.
Además, están los petroleros stand by: un grupo de trabajadores que espera la reactivación de equipos para volver al campo mientras esperan en sus casas con un 70% del sueldo garantizado. Si no vuelven pronto al campo, temen en convertirse en blanco fácil para el despido.
HECHO CON PACIENCIA
El trabajo fue con paciencia y con la figura clave de Juan José Aranguren, el ex CEO de Shell y ahora ministro de Energía de Macri. Aranguren es el principal promotor del ajuste en el Gobierno nacional, con propuesta de cambios radicales en la industria y la matriz energética a través de las renovables. Lo secundan en las secretarías ex funcionarios de operadoras petroleras.
La paciencia fue la estrategia de los funcionarios de Macri para acorralar a los sindicatos en la agenda de "redimensionamiento de la industria", tal como se lo llamó en las mesas de productividad, ante la caída de los precios internacionales y el camino de acoplar precios internos con los externos.
Desde Neuquén, Guillermo Pereryra firmó primero con las empresas de operaciones especiales -principalmente San Antonio International, Weatherford y Halliburton- un procedimiento de crisis por tres meses que suspendía a más de 2.000 operarios el año pasado.
En Chubut poco tiempo después se selló con Tecpetrol una reducción salarial del 30% a unos 1.000 operarios "stand by" (esperaban a que vayan subiendo equipos a El Tordillo, en tanto no cobraban ciertos ítems en sus sueldos). Cobrarían el 70% del sueldo mientras permanecieran en sus casas y volverían al campo a medida que suban nuevos equipos.
Luego, vino el esquema con YPF para trabajadores del sector torres. El gremio chubutense aceptó, ante la baja de la actividad, que entre 1.000 y 1.500 trabajadores de torres tengan un esquema de trabajo diferenciado. Las partes acordaron implementarlo a partir del 1 de enero de 2017, para todos los trabajadores que presten servicios en áreas operadas por YPF, y que tengan un diagrama de dos días de trabajo por uno de descanso. Ese diagrama se cambió por un esquema de trabajo mensual de 14 días de trabajo pagos, siete días de franco y siete días de suspensión sin percepción de haberes por disminución de actividad.
En ese mismo marco, para los trabajadores que prestan servicios en equipos de torre y que hoy tienen un diagrama de un día de trabajo por uno de descanso, se implementará un esquema de trabajo mensual de 10 días de trabajo pagos con permanencia, 10 días de franco y 10 días de suspensión sin percepción de haberes por disminución de actividad.
También las partes convinieron que los diagramas detallados se realizarán en una jornada de lunes a viernes en equipos de Workover y Pulling/Flush By. Y se comprometieron a celebrar acuerdos de productividad antes del 31 de enero de 2017. El argumento: "reducir los costos de la actividad, y mantener el nivel de la misma en la provincia del Chubut", dice el documento.
Respecto a la franja santacruceña de la Cuenca del Golfo San Jorge, "hemos tenido reuniones con empresarios que trabajan en las áreas de YPF y vemos que la operadora no quiere invertir", cuestionó Claudio Vidal, secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Santa Cruz. "Pararon la perforación en Santa Cruz, en Comodoro Rivadavia; en Neuquén hubo despidos", subrayó.
"YPF intenta vaciar los yacimientos y pretende hacernos firmar una adenda en contra de los trabajadores, le decimos que no vamos a resignar derechos", expresó. "Hay decisiones políticas que se toman de más arriba. Hay que hacerles entender a los empresarios que no se puede venir a despedir gente, hay que capacitar a los compañeros para reubicarlos, pero sin despedirlos", objetó Vidal.

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