"La calidad humana de los pasajeros que ayudaron no tiene precio"

Luis Carrasco hace 35 años que trabaja al volante como chofer en distintos puntos del país, este mediodía en su último recorrido se debió enfrentar a la muerte de un pasajero. Un trayecto de tres cuadras le demandó más de 20 minutos y no se pudo salvar la vida de un hombre. "Me quedé con una sensación en el pecho de bronca y desazón de todo" y a la vez "agradecimiento y admiración" por los pasajeros anónimos que hicieron todo lo posible para salvarlo.

Luis Carrasco tiene 54 años, hace unos 35 años que trabaja como chofer de colectivo en distintos puntos del país. Hoy cuando hacía su "última vuelta" a bordo de la Unidad 77 de la Línea 13 tuvo que parar el motor del colectivo cuando un pasajero convulsionaba tendido en el piso de la unidad. Carrasco no dudó y después de asistirlo con primeros auxilios emprendió una carrera hasta el Hospital Regional.

"Yo iba manejando en la calle Rawson llegando a la intersección con Belgrano, con el colectivo lleno de gente, sentí un golpe y la gente gritaba "chofer, chofer, se desmayó un señor"; entonces puse las balizas del colectivo y fui hasta donde estaba el hombre que ya estaba tirado en el piso y se retorcía, le presionamos el pecho y le hicieron respiración boca a boca, ahí tosió y recuperó el aire", esa bocanada de aire le sirvió a Carrasco para retomar el control del volante y emprender viaje para el Hospital Regional que estaba solo a tres cuadras.

La gente sacaba pañuelos, camperas pidiendo que nos dejen pasar eran tres cuadras pero fueron más de quince minutos que a mí me parecieron tres días

"Abrimos las dos puertas del colectivo y la gente sacaba pañuelos, camperas pidiendo que nos dejen pasar eran tres cuadras pero fueron más de quince minutos que a mí me parecieron tres días", recordó Carrasco en diálogo con El Patagónico. Es que, sobre la avenida Yrigoyen había tareas sobre la calzada y la cantidad de vehículos mal estacionados y en doble fila hacían imposible el paso de la unidad. "Yo mientras trataba de avanzar preguntaba si respiraba, los inspectores nos abrieron el paso hasta donde pudieron, pero el paso a la guardia estaba bloqueado con autos, ahí llegaron los médicos pero ya no había nada que hacer".

Era un pasajero frecuente que subía con pase

Su pasajero había muerto sobre la unidad, ante el shock del resto de las personas que viajaban. Horas más tarde se pudo conocer que se trataba de Héctor Sosa un hombre de 52 años. Para Carrasco era "un pasajero frecuente que subía con pase". Todo lo que se vivió esta mañana el chofer lo revive cada vez que lo cuenta con compañeros, periodistas sus familiares y a todos les repite: "yo me quedé con una sensación en el pecho de bronca y desazón, de todo". Pero también pone en valor cada gesto de ayuda que tuvieron los pasajeros.

Como se comportó el resto de los pasajeros es una maravilla, una calidad humana la gente, la verdad es que cuando llegan estos momentos uno ve la bondad de las personas. El hombre no era conocido y todos con amor lo atendieron. Las personas que seguro iban a su trabajo se olvidaron de todo

Para Carrasco, lo que se vivió en la unidad no se podrá borrar de su memoria y a pesar de que los choferes no están preparados para actuar en situaciones de este tipo asegura que "cualquiera de mis compañeros hubiera hecho lo mismo que hice yo, son buenas personas, incluso podrían haber actuado mejor, pero nunca se está preparado".

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