La disminución del empleo golpea duro a las provincias petroleras

En el primer trimestre de este año, la industria reportó una pérdida de 1.500 puestos de empleo en las principales provincias: Chubut, Santa Cruz y Neuquén. Los sindicatos estiman que en el primer semestre completo esa cifra se duplicó.
La crisis petrolera no le da respiro a los trabajadores, los que verdaderamente sufren la baja de la actividad, las negociaciones infructuosas en tres sindicatos y empresas y la permanente incertidumbre sobre cuál es el futuro de su trabajo. Más de 1.500 puestos de trabajo fueron desapareciendo en las principales provincias petroleras: Chubut, Santa Cruz y Neuquén. El Observatorio del Empleo y Dinámica Empresarial, un organismo que depende del Ministerio de Trabajo de la Nación, tiene a disposición el informe del primer trimestre del año del nivel de empleo en el sector de petróleo y gas de todo el país y las cifras en la región son desalentadoras.
Chubut muestra 503 empleos menos al concluir los primeros tres meses del año, cuando al compararse con en el primer trimestre de 2015 llegó a tener 14.037 operarios en actividad. Es decir que para el 31 de marzo de este año había 13.534 trabajadores directos en el petróleo registrados en esta provincia.
Las empresas dicen en las mesas de negociación, contaron en varias oportunidades los sindicalistas, que sobran 1.500 puestos de trabajo en la industria petrolera de Chubut. Por eso, el municipio difundía la semana pasada que eran 2.000 los empleos que tambaleaban si las empresas no sostenían los equipos de torre y la actividad cayera al mismo tiempo que el "Barril Criollo".
Neuquén muestra una disminución de 485 empleos al hacer una comparación con su máximo de los últimos tres años que fue en el tercer trimestre de 2015: en aquel momento llegó a tener 20.484 trabajadores. Neuquén aún así lidera el nivel de empleo del sector petrolero y gasífero con 19.999 operarios activos al concluir los primeros tres meses de 2016.
La provincia de Vaca Muerta sorteó los primeros meses de la crisis más profunda con métodos diferentes a los de Chubut, incluso cuestionados desde esta región. Uno fue la aceptación del procedimiento preventivo de crisis que pidió la Cámara de Empresas Petroleras de Operaciones Especiales, a través del que suspendían a 2.000 operarios -ahorrando aportes patronales para las compañías- y los rotaban durante noventa días según se reactivaban equipos.
Santa Cruz no pudo escaparse. En el tercer trimestre de 2014 sumó 10.098 trabajadores, principalmente para el flanco sur de la Cuenca del Golfo San Jorge -tiene una porción de la Cuenca Austral-. Desde esa fecha, y siguiendo los datos del observatorio, vienen cayendo los empleos y en comparación con el primer trimestre de este 2016 se muestran 477 operarios menos: La provincia del yacimiento Los Perales tiene 9.621 trabajadores registrados.

DESVINCULADOS
Como quedó aclarado más arriba, las cifras el Observatorio dependiente del Ministerio que conduce Jorge Triaca corresponden al periodo enero-marzo de 2016. Los sindicatos de la cuenca consideran que la cifra al completarse el primer semestre se duplicó, teniendo en cuenta la tendencia y las distintas modalidades para dejar afuera del campo a un trabajador.
La alternativa consensuada entre sindicatos y empresas fueron las jubilaciones. Más de 400 trabajadores forman parte de una lista que entre abril y mayo fueron tenidos en cuenta para retirarse de la industria, y que fueron parte de un operativo especial desplegado por la delegación local de ANSES. Los hijos de estos trabajadores tienen prioridad cuando la actividad se recupere, acordaron empresas y sindicatos.
La otra vía es la del retiro voluntario. En este caso, una cifra cercana a los 500 trabajadores consideraron las ofertas de las empresas para desvincularse y recibir una indemnización superior a la establecida por ley, algo más del 100% de la suma de los últimos doce sueldos. El negocio sería bueno para los operarios de mayor actividad, pero muchos jóvenes fueron los que terminaron arreglando.
El intendente Carlos Linares arrojó una cifra predictiva: "hay 2.000 puestos de trabajo en peligro de forma directa más lo que repercute en forma indirecta". El dirigente sindical considera que si se borra el "Barril Criollo" las empresas justificarán que los costos de extracción no son rentables, por lo que las firmas presionarán para recortar a través de los empleos.
Por otro lado, una vía de recortes podría ser en los costos laborales. Eso es algo que los sindicatos resisten con fuerza: la eliminación de las horas-taxi (de viaje), mayores funciones en los turno noche y el trabajo con viento son algunas de las propuestas empresariales en las mesa de "productividad" y que los sindicatos miran con desconfianza.

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