La OMS declaró el fin del brote del ébola en Africa occidental

Por primera vez desde que se detectó el primer caso de esta epidemia, en diciembre de 2013, todas las cadenas de contagio quedaron interrumpidas en los tres países afectados por la epidemia: Liberia, Guinea-Conakri y Sierra Leona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró ayer el fin del brote de ébola que se prolongó durante dos años en Africa Occidental y provocó 11.300 muertos, aunque advirtió que hay riesgos de que surjan "pequeños brotes adicionales" en los próximos meses, por lo que especialistas argentinos llamaron a "no bajar los brazos" y a "medir el júbilo".
"Todas las cadenas de transmisión (del virus) conocidas fueron detenidas en Africa occidental", afirmó el director de Gestión de Emergencia y Respuesta Humanitaria de la organización, Rick Brennan, según reprodujo la agencia EFE.
Por primera vez desde que se detectó el primer caso de esta epidemia, en diciembre de 2013, todas las cadenas de contagio quedaron interrumpidas en los tres países afectados por la epidemia: Liberia, Guinea-Conakri y Sierra Leona.
El anuncio se realizó al cumplirse los 42 días desde que la última persona infectada en Liberia dio negativo en dos ocasiones consecutivas al test que revela la presencia del virus en la sangre, lo que permitió declarar a este país libre de ébola.
"Este es un día importante porque se declaró el fin de la epidemia al cumplirse lo que reglamentariamente está estipulado, 42 días sin un nuevo caso", expresó en diálogo con Télam Carolina Nanclares, médica argentina de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) que trabajó como coordinadora en las zonas afectadas de Africa occidental.
Guinea-Conakri había sido declarada libre de ébola el pasado 29 de diciembre y Sierra Leona, el 7 de noviembre.
La médica explicó que el hecho de estar libres de ébola "no quiere decir que el virus haya dejado de existir: sigue en la naturaleza y siempre tenemos el potencial de una nueva epidemia".
"Sabemos que el virus tiende a quedarse en el cuerpo, en algunos órganos como protegidos de la respuesta inmunitaria, y en casos muy raros el virus puede reactivarse, por eso hay que seguir con los esfuerzos de vigilancia epidemiológica y de detección rápida de casos", afirmó.
Además, sostuvo que las consecuencias continúan desde el punto de vista de lo que son los sistemas de salud de estos países, muy frágiles, muy pobres, y que "con el ébola colapsaron completamente porque se focalizó en los dos años en esta epidemia, dejando todo el resto de lado".
En el mismo sentido, el sacerdote argentino Jorge Crisafulli, quien vive en Africa desde hace 20 años y el trabajo de su misión está focalizado en la prevención y distribución de material sanitario, los programas de alimentación y, especialmente, la atención a niños y niñas que quedaron huérfanos debido al ébola, remarcó que "se ha ganado una batalla pero no la guerra".
En diálogo con Télam, Crisafulli señaló que "el júbilo tiene que ser medido", y que es mejor "sentir optimismo, pero con mucho realismo porque el ébola es un enemigo invisible y latente que puede atacar en cualquier momento y en cualquier lugar".
La epidemia infectó a más de 28.000 personas, de las que 11.300 fallecieron, y provocó un grave impacto económico y social en los países afectados.

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