Las balas que buscaron infundir miedo entre los testigos del crimen

La familia de Matías Suárez aún cuenta con la custodia policial dispuesta por la fiscal Camila Banfi. Es que el sábado 22 de julio a la madrugada, dos días antes de que comenzara el juicio contra Joaquín Suárez, un vehículo pasó tiroteando la vivienda de la familia de la víctima.
La policía ya tiene registros de video de esa madrugada y la familia espera que se sepa quién fue el responsable del ataque. El tiroteo fue en una clara intimidación para los testigos claves del homicidio: los padres y el hermano de Matías.
Los plomos que ingresaron a la vivienda por las ventanas eran de pistola calibre 40, municiones que no son nada fácil de conseguir.
En medio del proceso judicial, según contó Alejandra –la madre de Matías-, la familia fue amenazada por Joaquín a través de teléfonos celulares que el detenido tenía en prisión.
Esos "beneficios" o negligencias de la requisa policial fueron denunciados públicamente por Alejandra, como así también cuando integrantes de la Policía del Chubut le cuidaban la casa a la familia del asesino en momentos en que se encontraba prófugo.
Hoy la madre del joven solo pide paz, que nadie le tirotee la vivienda en la que por estos días disfruta de su nieta.
Recuerda que Matías siempre intentó defender a quienes en la cuadra les quemaban los vehículos y que eran víctimas del grupo de pertenencia de Joaquín. Esas diferencias con los cercanos a su primo, al parecer lo llevaron a que este lo asesinara sin miramientos frente a su casa.

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