Las migraciones y el peso de México sobre la economía estadounidense

Los u$s 25.000 millones que los inmigrantes mexicanos giran anualmente a su país, originados en sus trabajos, en un alto porcentaje no registrado, desplazando a los tradicionales obreros y campesinos de los Estados Unidos constituyen la base argumental del próximo presidente Donald John Trump a la hora de sostener la necesidad de construir un muro fronterizo entre ambas naciones.
México es el tercer receptor de remesas de migrantes más importante del mundo, con alrededor del 5% del total de u$s 615.000 millones, de los cuales los EE.UU. aportan algo más de la cuarta parte, como surge de estudios realizados por el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Banco de México, el Consejo Nacional de Población de México, la Organización de las Naciones Unidas, y otros organismos, recopilados por la Fundación del Banco Santander Bilbao Vizcaya Argentaria.
Los migrantes mexicanos tienen como centro principal de radicación, con un 37,3%, según el censo de 2012, a California, seguido por Texas, con el 21,6%, Illinois con el, 6,1% y Arizona el 5,4%, distribuyéndose el 29,6% restante entre los otros 46 estados, siendo que el 27,9% de todos ellos había logrado la ciudadanía estadounidense.
La mayor ocupación de los mexicanos en los EE.UU. se centra en la construcción, con un 17%, seguida por la hotelería, con el 16%, las manufacturas con el 14,2% y la administración, con el 12,8%, mientras el nivel de desocupación ronda el 11%.
En cuanto a los salarios, muy por debajo de la media de los trabajadores nativos, se sitúa en un 12,8% para los que perciben menos de u$s 10.000 al año; un 37,1% para los que ganan entre u$s 10.000 y u$s 19.999; un 26,2% entre u$s 20.000 y u$s 29.999; un 12,4% entre u$s 30.000 y u$s 39.999, y un 11,5% más de u$s 40.000.
Pero no es solamente México el único país de América Latina en recibir remesas de sus emigrantes. Si bien es el principal receptor con el 38,5% del total de u$s 77.000 millones, es seguido por Guatemala con el 7,4%, Colombia el 7,1%, el Brasil el 7,0%, República Dominicana con el 6,1% y El Salvador, con el 6,0% siendo paradigmático el caso de este último país ya que esa cifra equivale a más de la mitad de sus exportaciones.
De la actual población mexicana en los EE.UU., tres cuartas partes ingresó durante los últimos 25 años y el porcentaje mayor corresponde al estado de Michoacán, seguido por el de Guanajuato, y su nivel de pobreza que hacia 1996 había alcanzado el 34,4%, según cifras del estado de California, para disminuir fuertemente al 24,7% hacia el 2000, comenzó luego a rebotar, aunque a un ritmo menor, para llegar al 25,7% en 2006 y al 27,7 en 2012.

EMIGRANTES
México ocupa el liderazgo mundial de emigrantes con 11,9 millones de personas, seguido por la India con 11,4, Rusia con 11,0, China con 8,3, Ucrania con 6,5, Bangla Desh con 5,4, Pakistán con 4,7, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte con 4,7 y Filipinas y Turquía con 4,3 cada uno, sobre el total de los 213,9 millones existentes a nivel mundial.
Estas cifras indican que un 3% de la población mundial no vive en sus países de origen, siendo receptores, en un 65%, los países más desarrollados, en particular los EE.UU. con 42,8 millones de inmigrantes, cantidad que más que triplica al segundo, Rusia, con 12,3 millones y cuadruplica al tercero, Alemania, con 10,8 millones.
En el caso de México, país al que en 1846 su vecino del norte le arrebató más de un millón de kilómetros cuadrados, el 98,1% emigra hacia su vecino, los EE.UU., atravesando la frontera sobre la que Trump promete construir un muro, mientras que el 0,5% lo hace al Canadá, el 0,4% a España y el 1,0% a diferentes países de todo el mundo.
Aunque en cantidades infinitamente menores, los inmigrantes recibidos por México procedieron en un 76,8% de los mismos EE.UU., mientras en un remoto segundo lugar está Guatemala con el 2% y tercera la Argentina con el 1,4%.
En el caso de la población estadounidense ya cuenta con un 21,8% de descendientes de mexicanos en segunda y tercera generación con una notable expansión del idioma castellano cuya enseñanza, en el caso de California, es obligatoria, dando lugar a una educación bilingüe en un país con 46.000 estudiantes extranjeros, séptimo en el mundo, en su mayoría latinoamericanos, mientras México recibe unos 25.000, vigésimo en el mundo y primero en América Latina, mientras el Brasil, vigésimo segundo y segundo respectivamente, tiene en su sistema 24.000 estudiantes extranjeros.
En ese marco el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por su sigla en inglés), sobre el que también apunta Trump, provocó la quiebra de numerosas empresas mexicanas tradicionales, muchas absorbidas por transnacionales llegadas desde los EE.UU. que también radicaron en su vecino del sur sus plantas maquiladoras cerrando o achicando las productivas fábricas originales, como sucedió en el caso de las automotrices de la emblemática y hoy desertizada ciudad de Detroit, las que ya han prometido reinvertir en diferentes localidades estadounidenses frente a la amenaza desglobalizadora de imponer un 35% de aranceles de importación por parte del presidente próximo a asumir.

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