Pasaron dos años desde que a Antonio Arroyo le secuestraron su Volkswagen Gol, modelo 2006, en el barrio Próspero Palazzo. Lo había comprado, pero no había hecho la transferencia a su nombre. "Fue pasando el tiempo, no encontraba al titular del auto. Recién lo encontré, me firmó el 08, y cuando voy a la Municipalidad me pasaron a cobro judiciales. Me mandan varias cartas documento para que asista. Pasó el tiempo, y ahora me cobran 36 mil pesos de la multa. Pago eso, lo hago en cuotas. Y me decido ir a retirar el vehículo, entrego los papeles, pero me piden la estadía. En el Tribunal de Faltas, me salía 78 mil pesos (por la estadía en el corralón). En total la deuda era de 114 mil pesos", describió Arroyo.
Después de apelar a través de una abogada y cuando ya tenía todo listo para retirar su coche, "me voy al corralón. Me dijeron que tenía que entrar solo por seguridad. Empiezo a buscar mi auto, lo encuentro pinchado. Cuando doy la vuelta le faltaba una óptica. Cuando me agacho y me fijo, no estaba el motor", cuenta el hombre aún sorprendido.
"Me robaron el motor", le dijo al empleado de seguridad. "'No puede ser', me dice el de seguridad. 'Usted lo habrá traído sin motor'. Cómo lo voy a traer sin motor. Me rompieron los plásticos, le arrancaron el paragolpe. Los bulones estaban cortados con la amoladora, y cortaron los cables", denunció ante El Patagónico, la víctima del robo.
Arroyo dijo que llamó a su abogada antes de retirar el coche y que la letrada arribó al lugar con un escribano que certificó el robo y los faltantes. Dice que antes de llevarse el coche esperó la llegada del jefe de Seguridad Municipal en el lugar y no arribó. Hoy tendrá una reunión con el asesor letrado de la Municipalidad, Miguel Criado Arrieta.
- 25 agosto 2016