Llegan los drones descartables

Estos aparatos, de cartón y bajo costo, funcionan como planeadores de precisión, autopilotados y guiados por GPS. Son además biodegradables en su mayor parte.

Tareas como llevar vacunas, sangre y otros tipos de suministros médicos a regiones remotas o a zonas aisladas debido a catástrofes naturales, o a situaciones de cuarentena (con acceso restringido para el personal médico y civil) son algunas de las misiones que ya se han encomendado a los drones.

Sin embargo, el alcance efectivo de un dron (su autonomía y capacidad de vuelo) debe considerar la distancia que el dron debe recorrer para llegar hasta su destino, y también para volver al punto de partida.

La construcción y complejidad de un dron puede ser muy diferente y simplificarse si se plantea como una aeronave de un solo uso y que por tanto no tiene que regresar al punto de origen una vez que ha completado su entrega. Se trata de los drones desechables.

El proyecto Icarus (Inbound, Controlled, Air-Releasable, Unrecoverable Systems), financiado por la agencia Darpa, trabaja en el desarrollo de este tipo de drones en los que no computa el viaje de vuelta, beneficiando la capacidad de carga y simplificando su configuración.

Esta particularidad de los drones Icarus requiere que el coste de estos drones sea lo suficientemente bajo como para no tener que preocuparse por su recuperación, o que este pueda considerase como un aspecto secundario.

Otros desafíos a los que se enfrentan los desarrolladores del proyecto se refieren al vuelo autónomo de precisión guiado por GPS, a su capacidad de carga (debe rondar los 2 Kg, al menos) y al tamaño, que no debe superar los tres metros en su dimensión más larga con el fin de facilitar su despliegue y lanzamiento desde otros vehículos aéreos.

Los drones desechables funcionan más bien como planeadores simples. No disponen de motores ni de ningún tipo de sistema de propulsión y la escasa electrónica de abordo tiene que ver con el control del vuelo: un sencillo receptor de señales GPS, sensores y actuadores aerodinámicos para mantenerlo estable y dirigirlo. En cierto modo se pueden considerar como paracaídas para cargas pequeñas, autopilotados y con capacidad para hacer entregas con precisión.

Y además los drones desechables deben ser biodegradables para desaparecer del entorno en su mayor parte, una vez que ya han sido utilizados.

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