Miguel Angel padecía artritis por el uso del martillo y cincel

Un estudio publicado por científicos británicos indica que sufrió en la etapa final de su vida osteoartritis crónica, una afección que le dejó los dedos de las manos con protuberancias en las articulaciones distales.
El arquitecto, escultor y pintor renacentista Miguel Ángel, padeció de artritis debido al uso excesivo del martillo y del cincel y no gota como se aseguraba. Sin embargo eso no le impidió seguir trabajando hasta seis días antes de su muerte, reveló un estudio publicado ayer por Journal of the Royal Society of Medicine.
El florentino (Caprese, 1475-Roma, 1564), considerado uno de los artistas más grandes de la historia, sufrió en la etapa final de su vida osteoartritis crónica, que le dejó los dedos de las manos con protuberancias en las articulaciones distales, consigna el informe británico.
El avance de la enfermedad de Michelangelo Buonarroti puede observarse en tres retratos realizados entre los 60 y 65 años, indicó la agencia de noticias Efe.
Una de las fuentes principales es el testimonio del doctor Davide Lazzeri, experto en cirugía plástica en la clínica Villa Salaria de Roma, quien estudió las obras de Miguel Ángel y se dio cuenta de cómo las manos del artista "se iban agarrotando a medida que envejecía".
"El diagnóstico de la osteoartritis -explicó el médico- ofrece una explicación creíble de la pérdida de destreza que sufrió Miguel Ángel cuando era muy mayor y pone de relieve su victoria sobre la enfermedad, ya que siguió trabajando hasta sus últimos días de vida. De hecho, el intenso y continuo trabajo pudo haber ayudado a Michelangelo a seguir utilizando las manos el mayor tiempo posible".
El autor de la "Piedad del Vaticano", el "David" o la "Piedad florentina", aseguró en unas cartas enviadas a su sobrino en 1552 que los dolores que sufría en la mano le generaban "mucho malestar".
"Es de sobrado conocido que Michelangelo padeció una enfermedad que afectaba a sus articulaciones. En el pasado fue algo que se atribuyó a la gota, pero nuestros análisis demuestran que hay que descartar esa hipótesis", explicó Lazzeri.
Aún con los dolores, el genio italiano, que trabajó para ocho papas, continuó utilizando el martillo y el cincel hasta seis días antes de su muerte, en 1564, cuando faltaban sólo tres semanas para que cumpliera 89 años.

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