Muñoz habría estado varios días secuestrado

El fiscal que investiga la muerte del oficial Lucas Muñoz, cuyo cadáver fue encontrado en un descampado en las afueras de Bariloche tras 27 días de búsqueda, afirmó que "no hay dudas" de que se trató de un "homicidio".
"No tenemos confirmado el momento y el lugar (del homicidio)", sostuvo el fiscal Martón Govetto, quien se excusó de confirmar si el cuerpo presentaba un balazo en la cabeza. Estiman que pudo haber estado secuestrado varios días.

"Ha sido una muerte violenta", dijo en conferencia de prensa el fiscal Martín Govetto, en base a los primeros resultados de los peritajes realizados por Gendarmería Nacional en el lugar del hallazgo del cuerpo.

Govetto señaló que a instancias de la querella se investiga la hipótesis de que a Muñoz (29) lo mataron en otro lugar, luego ocultaron el cuerpo durante varios días y finalmente lo "tiraron" en el sitio en el que lo hallaron, donde también se intentó montar la escena de un suicidio.

Acompañado por el fiscal general de Río Negro, Marcelo Álvarez, Govetto afirmó que "no hay dudas que fue un homicidio" y añadió: "Descartamos cualquier hipótesis de accidente y el suicidio".

El instructor judicial detalló que la identidad del cadáver se confirmó a través de las "huellas dactilares" ya que el mismo se encontraba en un avanzado estado de descomposición por lo que no se lo pudo reconocer visualmente.

La presión pública de familiares de Muñoz con denuncias de "pasividad" policial y judicial en la búsqueda del policía, obligó a la justicia a desdoblar la causa a cargo del juez Bernardo Campana y el fiscal Guillermo Lista, y abrir una línea sobre el encubrimiento policial.

Esto llevó a Govetto a imputar a siete policías –tres comisarios, un subcomisario, dos oficiales y un suboficial, apartados por la jefatura de la fuerza-, acusados de encubrimiento agravado y obstrucción de la justicia.

Entre los imputados ordenó detener al sargento Néstor Meyreles y al oficial principal Luis Daniel Irusta, que enfrentan la acusación con serios indicios en contra.

Se comprobó que Meyreles compró un chip y generó un número a nombre y con el DNI de Muñoz, al día siguiente de su desaparición, en la localidad rionegrina de Colonia Catriel, a 600 kilómetros de Bariloche, con la presunta intención de sembrar pistas falsas; en tanto Irusta encabezó un allanamiento ilegal al lugar de residencia del policía muerto, el día de su desaparición y antes de iniciada la investigación policial.

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