Ortega inicia su cuarto mandato en Nicaragua en medio de críticas

El sandinista Daniel Ortega iniciará hoy su cuarto período presidencial y tercero consecutivo desde 2011. Sus adversarios lo acusan de haber "montado una farsa electoral" el 6 de noviembre, ya que la principal coalición opositora del país fue excluida de los comicios y hubo una abstención superior al 70 por ciento. También aseguran que deberá soportar protestas de un creciente movimiento campesino.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, iniciará hoy su cuarto período constitucional de gobierno y tercero consecutivo, con un poder casi absoluto y acompañado esta vez por su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, en medio de una relación tirante con la oposición.
Ortega y Murillo tomarán posesión de sus cargos en un acto multitudinario en la Plaza de la Revolución de Managua, el mismo lugar donde las guerrillas del Frente Sandinista entraron triunfantes tras derrocar al dictador Anastasio Somoza, el 19 de julio de 1979.
El comandante Ortega fue uno de los nueve miembros del directorio sandinista durante la revolución. Elegido presidente en 1985, gobernó hasta ser derrotado en las urnas por Violeta Chamorro, tras una década de guerra con la "contra", y pasó 16 años en la oposición hasta retornar al poder en 2007 mediante elecciones, para luego ser reelegido en 2011 en medio de críticas de los opositores.
A los 71 años y aquejado desde hace tiempo por una enfermedad nunca revelada, Ortega se prepara para un cuarto mandato de cinco años, el tercero de forma consecutiva. Su esposa, de 65 años, seguirá siendo su mano derecha, como lo ha sido en la última década de gobierno.
Es la primera vez en Nicaragua que un matrimonio ocupa formalmente los máximos cargos de poder del país, pese a que Murillo mantuvo durante 10 años un control de facto de "50 por ciento" del gobierno, según lo admitió varias veces su marido.
Se ignora si la "compañera Rosario" continuará siendo la única vocera del gobierno y si seguirá dirigiendo las reuniones de alcaldes y del gabinete cuando asuma su nuevo cargo, hasta ahora desempeñado por un general retirado del Ejército.
"Nosotros seguimos trabajando, lo hacemos con todo amor porque sabemos que se abre un nuevo período para seguir cambiando Nicaragua, trabajando, emprendiendo y prosperando en nombre de Dios nuestro señor, y todos juntos", dijo el viernes la poderosa primera dama, en una de sus acostumbradas alocuciones diarias en la televisión y radios locales.

LOS DESAFIOS DE ORTEGA
El gobierno asegura que el país vive en "paz y reconciliación" y apuesta a mantener en 2017 la estabilidad macroeconómica y solidez monetaria lograda, con perspectivas de crecimiento de hasta 5 por ciento. Sin embargo, sus adversarios lo acusan de haber "montado una farsa electoral" el 6 de noviembre, ya que de los comicios fue excluida la principal coalición opositora del país, por lo menos con su principal candidato.
Esa oposición también alega que el índice de abstencionismo superó el 70 por ciento, cifras no convalidadas por el oficialismo, por lo que las elecciones tendrían que haber sido anuladas, a su criterio.
La oposición anticipa que Ortega afrontará este año más protestas de un creciente movimiento campesino opuesto a la construcción de un canal interoceánico, porque considera que la concesión otorgada a una empresa china dañará el medio ambiente y expropiará enormes extensiones de tierras a la población del sur del país.
El gobierno también podría recibir severas sanciones económicas si el Senado de Estados Unidos ratifica este año la llamada ley "Nica Act", aprobada ya en el Congreso norteamericano, a instancias de la republicana Ileana Ros-Lehtinen y el demócrata Albio Sires, refirieron DPA y medios locales.
La ley, que surgió tras la sorpresiva destitución de 28 diputados opositores del Parlamento nicaragüense, condicionaría los fondos del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, que el año pasado desembolsaron préstamos y donaciones al país por 317,7 millones de dólares.
La alarma creció con el triunfo electoral del republicano Donald Trump en las elecciones de noviembre pasado en Estados Unidos. Al conocerse la noticia, Ortega le envió un mensaje ofreciéndole "trabajar con Estados Unidos para contribuir a un mundo que privilegie el diálogo y entendimiento, para atender los graves problemas que afectan a la humanidad, priorizando la paz".
A los actos de asunción presidencial se esperan invitados extranjeros como la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen, que llegará al frente de una nutrida delegación oficial y de empresarios, según informaron las autoridades en Taipei.
Desde Corea del Norte se informó del viaje de Choe Ryong-hae, considerado el tercero en importancia del Gobierno de Pyongyang, aunque en Managua esto tampoco ha sido confirmado.
Murillo anunció únicamente la asistencia del español Fernando García Casas, secretario de Estado de Cooperación para Iberoamérica, como representante del rey Felipe VI. Sin embargo, extraoficialmente no se descarta la visita de varios jefes de Estado aliados del gobernante sandinista, como el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; y sus pares de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y de Bolivia, Evo Morales.

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