Fue en el "Aka-Ta", un alojamiento que funciona desde la década de los 90 en el ingreso al pueblo sobre la calle San Martín. La propietaria del mismo, Susana Guidotti, que se encontraba en su habitación descansando, atendió el timbre. Cuando llegó al mostrador, una persona con anteojos de sol empezó a conversar con ella en forma animada y de repente la sorprendieron dos hombres más que salieron del pasillo, también con lentes oscuros.
La mujer fue llevada a la fuerza hasta el salón, donde la quisieron amordazar luego de algunos golpes, pero se resistió. De todas maneras, los ladrones la llevaron hasta la habitación en donde reside con su marido -quien justo en ese momento se hallaba en Comodoro Rivadavia- y la amordazaron.
Guidotti fue atada con cables de electrodomésticos. Los asaltantes no utilizaron armas, pero sí guantes y se los observaba medianamente organizados. La mujer los describió como "rústicos" en su manera de proceder y no les notó ninguna tonada o modismo en su manera de hablar que le permitiera establecer de dónde provenían. Uno de los tres era el que dirigía las acciones. Rompieron espejos y revolvieron cajones, pero fueron directamente a las cajas donde el matrimonio guardaba la recaudación de sus años de trabajo. Aunque no se pudo comprobar hasta el momento con arqueos oficiales, los delincuentes se habrían llevado más de 800 mil pesos.
La víctima no alcanzó a ver ningún vehículo. Y llama la atención que los delincuentes hayan actuado en un horario comercial en el que la calle San Martín es muy concurrida.
De entre 28 y 30 años, al parecer sabían que en el lugar había gran cantidad de dinero y que no encontrarían demasiada resistencia.
Los asaltantes se cuidaron de no dejar huellas, pero de todas maneras el minucioso trabajo del fiscal Herminio Gonzales Meneses, la Brigada de Investigaciones de Sarmiento y las pericias de la Policía Científica llevaron a reunir elementos que pueden orientar la investigación.
La mujer permaneció maniatada en el local largo tiempo hasta que pudo desatarse y pedir ayuda a una vecina y a otros comerciantes del lugar. Para tratar de detener a los delincuentes se alertó tanto a Gendarmería Nacional como a los puestos camineros del interior provincial, pero el resultado fue negativo.