La quema a cielo abierto es una incineración incompleta y esto produce humos con partículas tóxicas, muchas de ellas cancerígenas de un tamaño que al aspirarlas llegan a toda la vía respiratoria, incluidos los pulmones, explican.
Por esa razón también se advierte que la quema de caucho da lugar a la formación de alquitranes como los benzopireno (cancerígenos); sustancias tóxicas como el anhídrido sulfuroso con partículas de hollín (se alojan en los alvéolos de los pulmones con alto riesgo de generar enfermedades malignas), humos pesados con partículas carboalquitranosas y otros contaminantes que quedan depositados sobre el suelo, la ropa, alimentos y el agua.
"Por todo lo expuesto, que implica serio riesgo para la salud de la comunidad, deseamos hacer pública esta observación como ONG dedicada a la estimulación de hábitos de vida saludables, sintiendo la responsabilidad de peticionar para que se desestime esta práctica, sin desmerecer el real derecho a reclamar como ciudadanos", manifiesta la Asociación de Prevención y Asistencia en Cáncer.