Ayer se realizó la audiencia de control de detención y formalización de la investigación contra Mariano Figueroa, Brian Millalonco y Rubén Silva, quienes fueron detenidos en allanamientos efectuados durante la tarde del martes, por su presunta vinculación al violento robo sufrido por la familia Pozas el miércoles 11 de enero.
En la audiencia, el juez Martín Cosmaro -que subroga al juez natural de la causa Mariano Nicosia- declaró legal la detención de los tres y dispuso distintas medidas de coerción para cautelar el proceso hasta una rueda de reconocimiento de personas, que se llevará a cabo mañana con una de las testigos del hecho. El fiscal Héctor Iturrioz había solicitado ayer la prisión preventiva por dos meses para todos los imputados.
Cosmaro, que fue quien autorizó los seis allanamientos del martes, resolvió ayer la prisión preventiva de Figueroa, en principio hasta el desarrollo de la rueda de reconocimiento, atento a los peligros procesales de fuga y entorpecimiento.
Es que la pena que se espera es de cumplimiento efectivo ante un hecho grave, y tuvo en cuenta que Figueroa tiene legajos de investigaciones pendientes.
La Fiscalía enumeró que el imputado tiene cuatro causas en trámite en Sarmiento y otras cuatro en similar condición en Comodoro Rivadavia, todas por robos y robos agravados, en las que ha incurrido en rebeldías cuando debía comparecer ante la Justicia. Mientras que su defensa argumentó: "no hay condena, no hay antecedentes".
El juez tuvo en cuenta la discordancia del domicilio que ayer dio Figueroa ya que es distinto al que se allanó y en el que la Fiscalía sostenía que residía. Es que la casa de la calle Jaime Dávalos donde fue detenido pertenece a su tío.
Mientras, a Brian Millalonco y Rubén Silva el juez encontró más debilitados los elementos en contra de ellos y les decretó la permanencia continua en sus domicilios del barrio Ceferino Namuncurá donde son vecinos, hasta que sean llevados a la rueda de reconocimiento.
Millalonco y Silva hicieron uso de su derecho a declarar ayer y dijeron que no estuvieron en el lugar del asalto que describió la Fiscalía en la apertura de la investigación.
Silva dijo que trabaja en un taller del barrio Moure y que ese día permaneció en su vivienda tomando helado que fue a comprar en dos multirrubros de la avenida Juan XXIII para luego acompañar a su abuela a una parada de colectivos de la avenida Rivadavia.
Ante la consulta de la Fiscalía y de su defensa dijo que al menor de edad, A.A., imputado en la causa, solo lo conoce de Facebook y que lo vio antes de las fiestas de fin de año en un boliche.
Mientras, Millalonco dijo que a la hora del robo -las 20- estaba trabajando en el pub Draw donde se encuentra a prueba desde hace cuatro semanas y en donde trabaja de 13 a 21. Comentó que en el lugar hay cámaras y contestó que a Silva lo conoce porque es su vecino y al resto de los investigados, de los boliches.
PRUEBAS
De esa manera, el juez Cosmaro -después de un cuarto intermedio- dispuso que hasta mañana tanto la Fiscalía, como la Defensa, pueden corroborar los dichos de los dos imputados para descartar o confirmar su participación en el asalto.
La Fiscalía podrá comprobar en las imágenes del pub si Millalonco a la hora del violento atraco estaba trabajando, ya que dijo que no tiene permiso para salir a menos que sea una urgencia.
Millalonco y Silva ayer recibieron la asistencia de las defensoras María de los Ángeles Garro, Vanesa Vera y Cristina Sadino. Mientras que Figueroa fue asesorado técnicamente por el abogado Daniel López.
El fiscal Héctor Iturrioz, que dio cuenta de los hechos por los que se los investiga (ver aparte), había solicitado que se les decrete a los tres imputados la prisión preventiva hasta el 13 de marzo, cuando concluye la investigación. Argumentó las características graves del hecho y el peligro de entorpecimiento que existiría hacia una de las testigos que debe comparecer en la rueda de reconocimiento.
Recordó que la mujer víctima del robo que pudo señalar fotográficamente a los imputados sufrió una crisis de nervios al reconocer a Millalonco en el álbum fotográfico y que por una semana no podrá colaborar con medidas por prescripción médica.
La defensora Sadino dijo que no está acreditado que las armas utilizadas hayan sido aptas para el disparo porque no hubo ningún tiro en el robo, por lo que se debería cambiar la calificación.
Y con respecto al hallazgo de alhajas en el allanamiento al domicilio de Silva, la defensa planteó la posibilidad de que éstas fuesen propiedad de la abuela del imputado y no producto del robo, hipótesis que no resultó para nada descabellado para el juez.
Todos los defensores de los imputados coincidieron en que no estaban dados los elementos de convicción suficientes para tenerlos como autores, y que la descripción de la víctima "es escasa y vaga".