Santiago: avanza una inmensa nube de humo

La capital chilena amaneció hoy cubierta por una capa de humo fétido proveniente de un incendio subterráneo en un gran vertedero que, aunque las autoridades afirman que no es tóxico, irrita ojos y garganta y causa náuseas, mareos y vómitos, según los vecinos.

El gobernador de Santiago Claudio Orrego advirtió que el humo puede aumentar durante el día "en la medida que no haya ventilación en Santiago y no podamos apagar el incendio rápidamente". Agregó que no puede ser atacado con agua, sólo con químicos, pues "es un incendio anaeróbico que se produce dentro del relleno, producto de los gases".

El incendio en el vertedero Santa Marta, a 45 kilómetros al sur de Santiago, se produjo por un deslizamiento en su interior el fin de semana que dejó al descubierto la basura que "por efecto del calor combustiona", explicó el ministro de Medio Ambiente Pablo Badenier. El fuego alcanzó además a los líquidos producidos por la putrefacción de la basura y contribuyen al mal olor que se siente en el aire.

Las autoridades aseguran que el humo no es tóxico según los exámenes realizados hasta ahora. Sin embargo, el representante de vecinos de Talagante, Andrés Zolner, acusó a las autoridades de querer "bajarle el perfil a esto, que es gravísimo".

El gobierno recomendó a los habitantes de las comunas cercanas no salir de sus casas, proteger especialmente a niños, ancianos y mujeres embarazadas y evitar hacer ejercicios mientras personal municipal repartía mascarillas.

"No se aguanta, toda la gente está con vómitos", dijo a la televisión estatal una mujer que vive cerca del basural. Otra mujer, con una mascarilla en el rostro, declaró que "esto es estar como en una protesta, con mucho humo...después van a tener los hospitales llenos".

Numerosas personas que tienen hijos pequeños tomaron sus automóviles y salieron de la ciudad. El alcalde de Maipú, Christián Vittori, dijo que en la terminal de autobuses interurbanos de su comuna aumentaron los pasajeros con niños que salen de Santiago.

Santiago, con sus 52 comunas, se ubica en una depresión geográfica rodeada de cordones montañosos que encierran el humo emanado por el incendio y en invierno el aire contaminado. Desde edificios altos del centro de la ciudad no es posible ver la cordillera de los Andes, que en primavera y verano se ve claramente.

Fuente: El Mundo

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