Minutos después de despegar del aeropuerto La Guardia de Nueva York, una bandada de pájaros chocó contra el avión 1549 de US Airways, lo que provocó el fallo de ambos motores a tan solo 850 metros de altura y la necesidad de efectuar un aterrizaje forzoso en el agua. Fue
una situación sin precedentes.
"Nadie se prepara para un incidente así", dice Tom Hanks. La película, que cuenta los hechos que sucedieron ese frío día de enero de 2009, también narra las secuelas reales. A bordo del avión viajaban 150 pasajeros y cinco tripulantes, y ninguno de ellos perdió la vida ni en el aire ni en el agua.
Sin embargo, durante los días posteriores, el piloto, que poseía un historial inmejorable, amplia experiencia y mucha sangre fría ante una posible catástrofe, tuvo que defender en repetidas ocasiones sus decisiones frente al Consejo Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) de Estados Unidos.
Fue esta parte de la historia, la que el público desconoce, lo que llevó a Clint Eastwood a encargarse del proyecto. "Cualquier persona que mantiene la calma cuando algo va mal, que puede resolver los problemas sin entrar en pánico, tiene un carácter superior y resulta interesante verla en una película",
dice.
"Aun así, creo que el conflicto real vino después, cuando el consejo de investigación cuestionó sus decisiones aunque hubiese salvado tantas vidas". "Yo no soy piloto", añade Hanks, "pero sé que no todo el mundo podría hacer un aterrizaje así. Se trata de un hombre muy pragmático que entendía la realidad de lo que había hecho y lo que eso significaba.
Él nunca dirá que es un héroe, pero el hecho de saber con certeza que podría hacer ese aterrizaje fue algo heroico, y pagó el precio". "En el momento en que Sully empezó a relatarnos los detalles de lo que le había pasado después del suceso, me di cuenta de que esa era la verdadera base de la película", comenta el productor Allyn Stewart sobre sus conversaciones iniciales con Sullenberger. "Encontramos a un gran guionista, Todd Komarnicki, para adaptar el libro.
Se le da muy bien meterse en la piel de un hombre normal, y esa es la esencia de Sully: él es el primero en decir que es una persona normal que hizo muy bien su trabajo". "Sully es un hombre que trabajó durante toda su vida para hacer esta maniobra imposible para la que no sabía que se estaba preparando", asegura Komarnicki.
"Cuando lo conoces, después de pasar diez minutos con él lo entiendes. Piensas que claro que
pudo hacerlo, y que nadie más habría podido. Sin embargo, la belleza de la película reside en que finalmente estamos contando la historia completa".