Cuando Dindim se mejoró quiso soltarlo, pero el animal no quiso irse: "Estuvo conmigo once meses y después de cambiar sus plumas despareció". Pero rápidamente lo volvió a ver, ya que meses después Dindim apareció en la costa, encontró a Pereira de Souza y lo siguió hasta su casa.
En los últimos cinco años Dindim pasa anualmente ocho meses junto al brasilero y para verlo nada alrededor de 8.000 kilómetros para reencontrarse con el hombre que le salvó la vida. Se considera que el resto del tiempo está en las costas de Argentina y Chile reproduciéndose.
"Amo al pingüino como si fuera mi propio hijo y creo que el pingüino me ama a mí", dijo Pereira de Souza según informa Globo TV y agregó que nadie más puede tocarlo. "Él se sienta en mi regazo, me permite bañarlo y alimentarlo con sardinas".
- | INSOLITO
- 09 marzo 2016