Valentín Schankula rompió el paradigma que para trascender se tiene que salir del ámbito privado. De hecho, su primer equipo fue de barrio, que sin sede (similar a Nueva Generación) supo ser un punto de promoción para los chicos de Diadema Argentina durante dos años.
Con la migración del 'profe' Peñaloza a Trelew, Valentín buscó nuevos destinos y fue en el Municipal de Kilómetro 5 donde comenzó a formarse en forma libre y gratuita junto a otros niños y jóvenes.
En su formación, los profesores que lo acompañaron (como lo hacen día a día con tantos chicos) fueron fundamentales para el chico que construía su sueño de llegar a la selección provincial.
Por nombrar algunos de ellos, Valentín reconoce a Matías Barrera como un formador de grupos; al jugador Leandro Pierresteguy como el ídolo local a seguir y a tantos otros que contribuyeron en su formación como Matías Alvarez, cuando se hizo cargo de la selección de Chubut y le dio rodaje nacional para que dé el gran salto.
Antes de ello, con 12 años jugó su primer torneo en el municipal 1, y hubo un "tipo" que se le acercó y lo invitó a una concentración local, porque veía que tenía potencial.
Ese "tipo" era Rodrigo Cosignani, otro de los promotores del balonmano local y jugador destacado a nivel provincial. Y en la materia prima estuvo Valentín, un chico de 16 años que no dejó que el éxito le haga perder el eje.
"Siempre tengo en la cabeza que el que está a mi lado es mejor. Y que tengo que romperme para superar eso. Me lo paso entrenando con chicos que son mejores que yo. Por eso, cuando quedé afuera (de la selección de Chubut) me dije a mí mismo: 'ahora voy a demostrar que puedo quedar'. Yo creo que trato de hacer las cosas bien, pero también acepto que tengo errores", reconoció.