La modelo dejó su trabajo de electricista en Suecia y se trasladó a Carolina del Norte, EEUU, para cumplir su sueño: "Estoy transformando a mí misma en un dibujo animado viviente", aseguraóen su blog personal.
La rubia está determinada a convertirse en la versión humana y real de l dibujo animado, y ya gastó más de 120 mil dólares en cirugías.
"Suecia es un país muy equitativo que no te impulsa a distinguirte", explicó la belleza escandinava.
Determinada a no pasar desapercibida ni un minuto más, Pixee se sometió a una serie de intervenciones, incluida una operación para que le extrajeran seis costillas con el objetivo de otorgarle una cintura de 35,56 centímetros.
Aunque tiene más de 79 mil seguidores en Instagram, Pixee ha recibido incontables críticas por su adicción a las cirugías plásticas y otras rarezas propias de la fijación con los dibujos animados. "Para mí es un cumplido porque es lo que quiero ser", convino la joven.
Pixee también contó que no fuma ni bebe alcohol, que no consume drogas (salvo por los antibióticos en cada operación) y aseguró que se mantiene sana y "joven por dentro y fuera" gracias a una dieta orgánica y al gimnasio.