Uno de los detenidos por el asalto a la tienda céntrica estudia ingeniería

La frustrada banda que en la tarde noche del lunes ingresó al local de ropa de la calle 25 de Mayo tardó siete minutos en reducir al propietario y llenar siete bolsos con mercadería. Los detenidos carecen de antecedentes policiales. Fueron imputados por robo agravado y le dictaron prohibición de acercamiento al comercio y a la víctima. Sus padres pidieron disculpas por el accionar de sus hijos.
Las propias autoridades judiciales se sorprendieron ayer durante la audiencia de control de detención y formalización de la investigación al comprobarse que los cuatro sospechosos de asaltar la tienda están escolarizados. Incluso, uno de los dos mayores de edad estudia la carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
Los jóvenes no poseen antecedentes y tampoco reúnen las características familiares y culturales de quienes suelen estar en conflicto con la ley. Incluso, sus padres concurrieron al acto judicial y pidieron disculpas al propietario del comercio que había sido amenazado con un arma (que después se comprobó que era una réplica), arrojado al piso y atado en sus brazos con precintos.
La funcionaria fiscal Verona Dagotto expuso en el principio las circunstancias en que ingresaron a la tienda “Maldita Suerte”, sobre la calle 25 de Mayo, entre Brown e Yrigoyen, en pleno centro de esta ciudad.
Una cámara de seguridad de un comercio aledaño registró el momento en que los encapuchados ingresan al local.
Eran 20:15 y el golpe estaba planeado. Dos de los individuos intimidaron al dueño y otros dos se dedicaron a cerrar las cortinas de las vidrieras para evitar ser vistos.
La víctima fue amenazada con un cuchillo y también con un arma de fuego que después se comprobó que se trataba de la réplica de un revólver.
Tras hacerlo que se arrojara al suelo, lo obligaron a sacarse la remera y finalmente le colocaron precintos en sus manos para inmovilizarlo.
A pesar de ello, una testigo observó las maniobras sospechosas y alertó al 101 de la policía. Dos efectivos de la Seccional Primera llegaron y había varios bolsos con ropa afuera del comercio sobre la vereda. Uno de los jóvenes vio a los efectivos y se introdujo al local, pero ya era tarde.
Tras un forcejeo para abrir la puerta, los uniformados ingresaron y redujeron a los sospechosos. En ese marco, la representante fiscal declaró legal las detenciones ya que fueron en el interior del local y en flagrancia. Les imputó además los delitos de robo doblemente agravado por haber sido cometido con un arma de utilería, en poblado y en banda.

EN LIBERTAD
Los imputados Gabriel Remolcoy y Federico Alejandro Lugo, ambos de 18 años, recibieron el asesoramiento del defensor público Ariel Quiroga. Mientras, L.A.G. y A.V., de 17 años, fueron asistidos por la defensora de menores, María Andrea Mac Garva.
Los abogados no se opusieron a la pieza acusadora ni a la calificación legal. Remarcaron que los jóvenes no cuentan con antecedentes, todos son estudiantes y poseen familias consolidadas.
La funcionaria fiscal no solicitó medidas privativas para los imputados, aunque requirió la prohibición de acercamiento hacia el comercio en cuestión y hacia la víctima. Asimismo, Dagotto pidió que los acusados cumplan con presentaciones quincenales ante la Justicia.
El juez penal Alejandro Soñis dio por formalizada la investigación preparatoria a juicio en los términos expuestos por la Fiscalía, decretó legal las detenciones y le impuso a los imputados las restricciones judiciales solicitadas por el Ministerio Público Fiscal.

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