Asunción (Télam)
“En esta fecha de 1989, el país era testigo de un cambio político único en su historia, con el derrumbe por un golpe de Estado de la dictadura más larga y cruel que se haya conocido el país”, reseñó la Dirección de Derechos Humanos de la cartera de Interior en un comunicado.
La dependencia advirtió además que el gobierno de facto dejó “profundas huellas en la sociedad, con centenares de muertos y desaparecidos, y miles de exiliados”, que debieron huir por “la intolerancia política y fueron afectadas no sólo en el derecho básico de vivir en su país, sino también se les negó la posibilidad de realizar aportes extraordinarios”.
Como ejemplo de esa situación, que sumió al país “en el más profundo oscurantismo”, citó los casos del compositor José Asunción Flores, el músico Carlos Lara Bareiro, el escritor Augusto Roa Bastos y el director de orquesta Herminio Giménez, entre otros.
La nota oficial, citada por la agencia Prensa Latina, llama a aprender de las lecciones y luchar para que “nunca más el autoritarismo se instale” en el país y reclama que sea ese “el compromiso de todos, sin distinción de banderas políticas ni religiosas”.
El gobierno advirtió que existe una deuda con las víctimas de la dictadura y pide a la justicia “asumir la responsabilidad en la investigación de los crímenes de lesa humanidad cometidos en esos años siniestros”, y reconoció la existencia también de “una deuda social enorme”.
“El régimen de terror ha creado las condiciones para que un minúsculo grupo de privilegiados se apropien de las riquezas de este país”, remarca.
Hoy, en un acto que se llevará a cabo en la Agrupación Especializada, el Ministerio del Interior homenajeará a las víctimas de la dictadura stronista, con el descubrimiento de una placa en su memoria, consignó la estatal agencia IP Paraguay.
El lugar elegido es emblemático porque fue la sede de la Guardia de Seguridad stronista, donde se encontraron restos de 12 personas asesinadas en el período 1954-1989.
- 03 febrero 2012