A Del Potro nunca le pesó tener que definir la serie

El juvenil cumplía su debut absoluto y despachó a Jürgen Melzer por 7-6 (7-4), 3-6, 6-4, 4-6 y 6-2. De ese modo le dio al equipo argentino el pasaporte para los cuartos de final del Grupo Mundial, donde se enfrentará con Suecia, otra vez como visitante. En el quinto punto, jugado sólo para cumplir Guillermo Cañas venció a Alexander Peya por 4-6, 6-1 y 6-4.
Linz (Télam)
Argentina se clasificó ayer para los cuartos de final de la Copa Davis al vencer a Austria merced al tercer y decisivo punto conseguido por Juan Martín del Potro, quien le ganó por 7-6 (7-4), 3-6, 6-4, 4-6 y 6-2 al austríaco Jürgen Melzer.
Ya sin incidencia para el resultado final, Guillermo Cañas estiró la diferencia final a 4-1, tras superar al local Alexander Peya por 4-6, 6-1 y 6-4.
Argentina se había adelantado el viernes 2-0 gracias a los triunfos conseguidos por José Acasuso ante Stefan Koubek por 7-6 (8-6), 6-1 y 6-4, y de Guillermo Cañas sobre Melzer por 7-6 (8-6), 6-2 y 6-4.
Pero Austria logró descontar el sábado con la victoria de Melzer y Julian Knowle sobre Acasuso y Sebastián Prieto por 6-3, 6-7 (2-7), 6-1 y 7-5.
Para la jornada de ayer, el capitán argentino Alberto Mancini se jugó una carta fuerte al decidir el reemplazo de Acasuso por Del Potro, debido a que el misionero se encontraba aquejado de un estado gripal.
De esta manera, y con apenas 18 años, Del Potro salió a la cancha a afrontar su debut en la Copa Davis, con la responsabilidad de cerrar la serie, aunque todavía quedaba la chance del quinto punto.
Pero el argentino, 67 del ránking mundial, jugó en forma notable ante el 30 del mundo, y así consiguió un triunfo histórico al cabo tres horas y 26 minutos de juego intenso, sobre la veloz superficie del Intersport Arena de la ciudad de Linz.
En el primer set ambos tenistas salieron a estudiarse, con un Del Potro intentando afirmarse en el fondo de la cancha y un tenista austríaco que subía constantemente a la red para evitar que el jugador argentino entrara en ritmo.
Melzer logró quebrar el saque del argentino en el tercer juego pero Del Potro le devolvió la gentileza un game más tarde para volver a emparejar el trámite, que finalmente desembocó en el tie break.
Allí el argentino sacó mejor que el europeo, quien se apuró en los puntos claves y terminó cediendo el primer parcial.
En el segundo set, un oportuno quiebre de Melzer en el cuarto juego le dio una ventaja de 3-1, que luego el local supo usufructuar ante la irregularidad del argentino, quien cometió muchos errores no forzados.
Con el comienzo del tercer parcial volvió la confianza para el argentino, quien aplomado en el fondo de la cancha, comenzó a pasar en reiteradas ocasiones a Melzer cuando éste subía a la red a definir el punto.
Luego de quebrarse el saque una vez cada uno, Del Potro jugó uno de sus mejores games del cotejo en el décimo y tras romper el saque de Melzer, se adueñó del tercer parcial por 6-4.
A esta altura el partido crecía en intensidad, con los dos tenistas jugando en gran nivel: Del Potro se mostraba muy firme desde el fondo y Melzer deleitaba a todos con sus exquisitas definiciones en la red.
Del Potro se apuró en el quinto juego, cedió su saque y pese a que lo recuperó en el octavo, Melzer se mostraba mucho más sólido y tras un nuevo quiebre en el noveno, se encaminó a ganar el set y volvió a emparejar el tanteador.
El quinto parcial comenzó muy parejo pero en el cuarto juego Del Potro, quien a esa altura ya parecía un veterano por la tranquilidad con la que afrontaba cada punto, le quebró el servicio a su rival y empezó a torcer la historia a su favor.
El primer servicio del argentino funcionaba a la perfección y cada vez que arriesgaba con su devolución, la estrategia le rendía sus frutos, por lo que el control del partido estaba en sus manos.
Un nuevo quiebre para ponerse 5-1 pareció sentenciar el partido pero Melzer se recuperó en el siguiente y ganó el game, aunque el impulso que traía Del Potro le permitió volver a romper el saque del europeo y ganar un histórico encuentro por 6-2.
Del Potro saltó, gritó y cayó extenuado en el piso con el capitán Mancini encima suyo.
Luego rompió en lágrimas y ante las cámaras de la televisión apenas pudo balbucear que «es el triunfo más importante de mi vida» y «se lo dedico a toda la ciudad de Tandil».

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