Abogados de López Mazzeo dicen que las imputaciones son inconsistentes

El contralmirante Luis Enrique López Mazzeo, exjefe de Comando de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada Argentina y uno de los siete imputados en la causa penal por la tragedia del submarino ARA San Juan, prestó declaración indagatoria el lunes por más de nueve horas en el Juzgado Federal de Caleta Olivia. Lo hizo acompañado por sus abogados defensores particulares, Ricardo Saint Jean y María Laura Olea.

Caleta Olivia (agencia)

El marino ya había acudido a otra audiencia el 15 de noviembre de 2018, un día antes del hallazgo de la nave frente a las costas de Comodoro Rivadavia, pero esa vez lo hizo en calidad de testigo vestido con uniforme de la fuerza y por una causa paralela relacionada con la búsqueda.

Esta vez se presentó vestido de civil ya que pasó a retiro a mediados de este año y antes de ingresar dijo brevemente a medios periodísticos locales que gran parte de la verdad de la tragedia ocurrida el 15 de noviembre de 2017 se podrá conocer cuando se inspeccione el interior del submarino que se halla a 907 metros de profundidad.

En ese punto, al hacérsele notar que es muy improbable que pueda ser reflotado, manifestó que al menos él aportaría todos sus conocimientos para que el caso pueda ser esclarecido y se deslinden responsabilidades.

Mucho más tarde, cuando se retiró del juzgado, pasada las 22, delegó en sus abogados defensores ventilar los pormenores de las declaraciones que hizo ante la jueza Marta Yáñez, sus secretarios y el fiscal Lucas Colla.

En principio, el letrado Saint Jean indicó que “el contralmirante vino a declarar con el mismo espíritu que lo hizo la primera vez” en calidad de testigo por la causa paralela relacionada con la búsqueda de la nave y ahora “para ayudar a saber cuáles son las causas que originaron el naufragio, lo cual permanece en un misterio».

Aseguró que su exposición en esta causa penal fue mucho más amplia que la que hizo meses atrás frente a los legisladores que conformaron la Comisión Bicameral del Congreso de la Nación que tuvo a su cargo investigar responsabilidades institucionales.

ARGUMENTAN

INCONSISTENCIAS

Respecto al a los delitos que se le imputan a su cliente dijo que resulta difícil estructurar una defensa “cuando no se saben (fehacientemente) las causas del siniestro” por lo cual consideró que más que una imputación todo parece trasuntar en una acusación de “haber violado el deber de cuidado (de la nave) y con eso haber aumentado el riesgo y ocasionar la muerte de los tripulantes y la pérdida de la unidad.»

Esto lo llevó a formular elípticamente una pregunta: “¿cómo van a interrogar a una persona y hacerla responsable si no se le explica cuáles son esos deberes omitidos provocantes de ese naufragio?”.

Para fundamentar ello sostuvo que si todas las armadas del mundo y la argentina están tratando de saber por qué y cómo se produjo el colapso del ARA San Juan, resulta inconsistente interrogar a una persona y hacerla responsable de ello ya que “no sabemos si fue una falla del material, una mala maniobra, una avería imprevista” y a pesar que hay algunas hipótesis, todo queda en un plano de conjeturas.

“Esto serviría para un proceso civil donde un juez puede hacer proyecciones sobre probabilidades, pero en un caso penal se necesitan certezas y no las tenemos”, puntualizó.

CONDICIONES DE

OPERATIVIDADE

A su vez, María Laura Olea dijo que “toda la documentación y la información que fue obtenida en el momento de zarpar, indicaban que el submarino estaba en condiciones de operatividad, incluso las otorgadas por el capitán de fragata Pedro Fernández (comandante de la nave), de modo que sostener esta hipótesis sería responsabilizar al propio Fernández porque en su último informe dijo que el buque estaba en condiciones de zarpar”.

Más adelante, Saint Jean aseguró que la declaración que hizo el contralmirante López Mazzeo, también constituyó “una fuerte defensa de la Armada” y que todas las reparaciones que se le hicieron al submarino están perfectamente documentadas a tal punto que el propio comandante del navío las había calificado en 4,25 sobre una escala de perfección de 5.

Además, resultaba ilógico que alguien pudiera prever el naufragio si el propio comandante de la Fuerza de Submarinos (capitán de navío Claudio Villamide) se embarcó en Ushuaia el 6 de noviembre, junto a invitados especiales que eran funcionarios civiles, para realizar un breve ejercicio naval.

Por otro lado, cuando este medio le pregunto a Saint Jean cómo explicaba que el ARA San Juan no podía sumergirse a más de 100 metros, respondió que esa limitación se debía a una medida de seguridad “porque no había completado las pruebas necesarias” para ir a un plano más profundo.

No obstante resaltó que, tal como lo explicó el contralmirante López Mazzeo, el hecho que la implosión se haya producido a más de 468 metros, evento hidroacústico detectado por los sonares del organismo internacional CTBTO “significa que el casco estaba en perfectas condiciones”.

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