Aniversario y esperanzas

Comodoro Rivadavia celebró sus 111 años de vida. Aunque en cada aniversario el clima siempre es de fiesta, este año nos encuentra con actividades que han sido salpicadas por noticias no tan agradables. Mucho se ha dicho sobre los  tristes y lamentables episodios, y muchas han sido las opiniones. Y desde este medio se han hecho aportes para el análisis con el fin de contribuir y sumar voces para explicar los acontecimientos. Esas explicaciones e intercambios nos sirven para entender qué tipo de ciudad habitamos y quiénes somos los que la conformamos.
Comodoro seguirá de aniversario por algunos días y, lejos de olvidar, es oportuno pensar el rumbo que debemos, necesitamos y queremos tomar. En estos días en las páginas de nuestro Diario también hemos escrito acerca de la responsabilidad ciudadana y alegres estamos de encontrar en diversas opiniones un acercamiento a los pensamientos que construirán a una ciudad diversa, pero consciente de los temas que deben tomarse como prioridad.
Cuando decimos que todos somos garantes de la ciudad que tenemos, también estamos expresando que debemos actuar en consecuencia y ser verdaderamente solidarios e interconectados en las pequeñas o grandes cosas que ocurren a diario en nuestro planeta Comodoro. Y como tal, lo que le pueda pasar a alguno de sus integrantes en definitiva nos ocurre a todos. Este concepto es valedero ya que  transparenta y unifica. Es vigente tanto en las buenas como en las malas, porque de lo que podamos sembrar hoy depende la cosecha de los futuros años. Y este último aspecto es el que se debe rescatar en esta fecha festiva.
Comodoro cumplió años y conviene señalar el horizonte que se abre de cara al mañana. De lo que hagamos en el presente dependerán los próximos aniversarios.

NOS NECESITAMOS
Nuestra ciudad vive hoy un momento único y quizás irrepetible, desde lo político: un gobernador  nacido y criado aquí conduce los destinos de la provincia. Más allá de cualquier expresión de tribuna que ahonde en los localismos, vale decir que, institucionalmente, se trata de un hecho importante que no ocurría hace muchos años. Esto implica colocar a la ciudad en un territorio en el que le ha sido muy difícil estar y más aún permanecer. En ese sitio de las decisiones, ese lugar de debate por las reivindicaciones. Cuesta decir que en estos tiempos se necesite a un dirigente de nuestra ciudad para que la equidad quede demostrada no solo en los papeles. Es por esto que, este momento particular, pone a la Comodoro en un sitio distinto al habitual. Pero, que no sólo el gobernador y el intendente sean  portadores  de esa representatividad: se tienen que sumar los legisladores, concejales y los distintos funcionarios que conforman los gabinetes, las instituciones intermedias, los colegios de profesionales, los empresarios, los compañeros, los correligionarios, los camaradas, militares y los extranjeros que habitan este bendito suelo. Debemos construir un poder integral en torno a Comodoro.
Y a quienes les toca conducirla deberán construir una pirámide política clara y sin eufemismos. Un verdadero y legítimo poder político integral para dejar de ser la zona que únicamente genera recursos. Es cierto, también se deben generar cuadros políticos que determinen acciones y decisiones políticas, y los empresariales incluirse en la edificación de la proyección de la ciudad.
Y más allá de lo expresado, es necesario decir que este momento es, en lo político, muy especial, y debe ser valorado como tal. Comodoro tiene que marcar el rumbo de la provincia, en todo aspecto. Y esto no debería ser interpretado como una puja “futbolera” o una simple arenga regionalista. Es vital que desde aquí se multiplique el posicionamiento político de la región dentro del escenario nacional como se está empezando a realizar. Y en esa posición, casi  de vanguardia, ese liderazgo debería reunir un desarrollo completo, desde lo productivo y económico, hasta lo social y cultural.
En este aniversario, tomemos la decisión de avanzar en una idea de ciudad común, que permita llevar  una posición diferenciada desde la acción, gestión y trabajo global. Nos necesitamos todos.

SE PUEDE
Comodoro Rivadavia hoy no es la misma que la del año pasado, ni siquiera la de ayer. Esta ciudad sigue creciendo y sique mutando en pos de ser una gran urbe. Esto no es irreal, y basta con sólo caminarla  y simplemente observarla. Sabemos que  no existe una planificación adecuada  para la ciudad.  Es posible esa organización, y es un desafío para los funcionarios y gobernantes de turno.
La ciudad se ha nutrido de nuevos y numerosos habitantes. Esta situación nos debe encontrar maduros como sociedad, para aceptar lo que ello representa. Pensar un crecimiento parametrizado por las reglamentaciones vigentes y las que habrá que crear si es necesario, de esta  manera se puede rescatar la simiente histórica de esta ciudad, construida también en mayor medida por inmigrantes.
Esta sociedad siempre ha sido vista como monoproductiva, sustentando todo su quehacer económico alrededor del petróleo. Las muchas expresiones a favor de la diversidad económica deberían comenzar a convertirse en realidad. Pensar en la potencialidad de las industrias pesqueras, metalmecánicas y tecnológicas permitirá abrir el abanico de la producción económica. Pero también hay que avanzar en otras áreas.
Por ejemplo, se ha pensado en los últimos tiempos en convertirse en una Ciudad de Eventos. Es posible multiplicar esa premisa y avanzar hacia una realidad concreta, en la que este concepto se convierta en una próspera industria local que permita el acercamiento e intercambio con otras regiones.
Reunimos un poco de cada destino que se puedan imaginar y el resultado es lo que hemos traído desde algunos de esos lugares y, aquí, esa mixtura fue moldeando nuestra actualidad.
Somos lo que somos, y podemos ser más. Podemos ser la ciudad que armamos en nuestros pensamientos en la medida que trabajemos y estemos convencidos de lograrlo.
Por nuestros hijos, por nuestro futuro. Tenemos todo.

Fuente: Walter Leunda

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