En la tarde de ayer, un empleado de la remisería Panchito llegó al centro con las víboras. Las había encontrado mientras ayudaba a un amigo a limpiar un patio en Caleta Córdova, donde hay varias construcciones de viviendas.
Cuatro de los ejemplares fueron llevados a la veterinaria “Joaquín”, donde les confirmaron que eran cascabel.
Cuando avisaron a Diario Patagónico, quien la encontró se había quedado con dos que tenía en un recipiente porque otro de sus amigos se las había pedido.
Se estima que por el tamaño que tienen, entre 15 y 20 centímetros, nacieron en la zona.