Si bien se ha iniciado el diálogo formal con el abogado mediador Daniel Pollack, colocado por el juez Thomas Griesa, la Argentina no dudó en realizar una dura acusación y advertencia a los Estados Unidos y a la justicia de ese país.
El mensaje, incluido entre los párrafos del comunicado que leyó el ministro de Economía, Axel Kicillof, que anunciaba el pago a bonistas, contiene fuertes pasajes en los que se avisa de la posibilidad de acudir a tribunales internacionales para pedir medidas contra el gobierno de Barack Obama o Griesa en el caso de que "obstaculicen el pago" a los acreedores.
"Cualquier conducta que pretenda obstaculizar este pago a nuestros acreedores constituye una acción violatoria del ordenamiento jurídico del derecho público internacional que prohíbe la coerción a otros Estados en virtud de la igualdad soberana, cláusula que también rige en Estados Unidos", advierte el comunicado.
Además del señalamiento en relación a lo que implicaría un eventual embargo de bienes que llevara a un default técnico al país e imposibilitara el pago a los bonistas reestructurados, la Argentina remarcó que "esta decisión soberana de la República Argentina implica advertir respecto de las consecuencias de sus actos a los EEUU por la responsabilidad internacional que le cabe por las decisiones de su Poder Judicial, al agente fiduciario, a las entidades financieras involucradas, a los litigantes y al mismo juez Thomas Griesa respecto a eventuales acciones judiciales que nos permitan hacer vales legítimamente nuestros derechos como miembro de la comunidad internacional".