Argentina vende una mansión que tenía en Washington

Con fotos y detalles que reflejan el deterioro de gran parte del patrimonio del Estado nacional, la reconocida publicación de los Estados Unidos Curbed publicita la mansión de cinco pisos que la República Argentina puso a la venta en Washington por U$S 2.5 millones.

También ya se pueden leer las bases y condiciones de esta venta en la Embajada argentina en Washington.

Esta joya de estilo parisino de la que se quiere desprender el Gobierno como parte de la política de ajuste en determinados bienes del Estado está ubicada en la zona de la capital estadounidense conocida como Kalorama porque es el vecindario de los Obama y los Kurshner (el yerno Donald Trump). Queda al 2100 de la calle R, Nw, a una cuadra de la conocida Embbasy Row, donde está lo más importante de la diplomacia.

La historia de la residencia refleja la desidia de dineros que nunca llegaron a destino y que permitieron el deterioro de un edificio que albergó a la representación de la Junta Interamericana de Defensa. Pero está deshabitada desde hace más de dos décadas, y los sucesivos gobiernos argentinos no hicieron más que empeorar la situación ya que la dejaron caer y no se pagaron sus impuestos. Un alto funcionario que no quiso identificarse señaló que a tal punto llegaron sus deudas que estuvo a punto de ser rematada -lo que le haría perder al Estado buena parte de su valor- y que se la “salvó” pagando algunos de los impuestos que se debían. Pero además los vecinos han montado quejas por su estado interno que atrae incluso ratas en la zona.

La revista Curbed contó algunos detalles incluso de su historia. Construida en 1911 fue la mansión del magnate del petróleo y también editor Charles Eward Marsh. Y fue lugar de visita permanente del escritor Roald Dahl quien luego sería conocido por su pieza de literatura infantil Charly y la Fábrica de Chocolate. Promediaba la década de los ‘40 y pronto pasaría a la cartera de Defensa de la Argentina que la utilizó como sede de la Junta Interamericana De Defensa, uno de los tradicionales aparatos militares de Estados Unidos durante la Guerra Fría.

La mansión tiene fachada de piedra arenisca, y es muy notoria en el barrio por sus ventanas redondeadas. Tiene ocho habitaciones, salones de entretenimiento, espejos lujosos, chimeneas y piso de madera. Cochera para dos automóviles. Pero como muestran las fotos sus paredes y techos muestran severos signos de deterioro.

Con todo, estas ventas levantan polémica porque en algunos casos son edificios históricos cuya venta generaría la desaparición de un activo -Argentina en lugar invertir ha ido en un proceso contrario de desinversión- y una entrada irrisoria. Por ejemplo, para el caso de la mansión de la calle R se irían de su venta un 70% para Defensa y otro 30% para el Estado. El ex ministro de Defensa Ricardo López Murphy intentó algo similar y en su momento lo que quedaba de la venta iba a ser destinado a equipamiento militar. Pero rara vez se cumple.

Sin embargo no es el único edificio. La Agencia de Bienes del Estado ya logró la venta del viejo edificio del Instituto Antártico por US$ 9.3 millones. Y tenía otros más para liquidar con la idea de generar dólares: este de la calle R en Washington, otro donde funcionaron oficinas del consulado en Bogotá; un terreno baldío en Colonia Uruguay; la vieja residencia diplomática en Brasilia; y una casa pequeña en Montevideo que fue un centro cultural. En su momento intentaron poner a la venta la residencia del embajador en Washington, también en estado deteriorado, pero protestas en sentido contrario habrían convencido a los hombres de Presidencia que tienen la “tijera en mano”.

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