El dueño de una rotisería fue asesinado de un balazo en el abdomen al forcejear con uno de los dos “motochorros” que quisieron robarle mientras hacía repartos de comida, en la localidad bonaerense de Campana, informaron ayer fuentes policiales y judiciales.
La víctima fue identificada por la Policía y la Justicia como Eduardo Barboza (42), quien atendía el local “Ollas y Sartenes”, situado en bulevar Sarmiento al 600, en el centro comercial de dicha localidad del norte de la provincia de Buenos Aires.
Según las fuentes, el sábado por la anoche, alrededor de las 20:30, Barboza realizaba repartos de comida por la zona cuando se dirigió a buscar cambio a un quiosco y despensa ubicado en Coleta, casi Alberti, de Campana, a unas cuatro cuadras de su rotisería, y a unos 150 metros del Hospital Municipal local.
De acuerdo a lo que relataron luego testigos presenciales a los investigadores, Barboza estacionó junto al cordón de la vereda su moto Yamaha Titanium de 150 centímetros cúbicos y color bordó cuando fue abordado por un delincuente armado que se movilizaba junto a un cómplice en un rodado de similares características.
Un vocero judicial explicó que, en base a los testimonios, se estableció que el asaltante amenazó al comerciante y le exigió la entrega de las llaves de su moto.
Ante esa situación, Barboza se negó y se trenzó en un forcejeo con el delincuente, durante el cual, recibió un disparo en el abdomen, indicó el informante.
Tras la agresión armada, el comerciante cayó al suelo, mientras que el tirador y su cómplice huyeron sin robar nada y a bordo de la misma moto en la que habían arribado al lugar.
“Los delincuentes escaparon por la calle Coleta, de contramano”, explicó el pesquisa consultado.
Uno de los testigos presenciales que pasaba en moto por el lugar y observó la secuencia de lo ocurrido se acercó a la víctima para socorrerla pero ésta estaba prácticamente muerta.
De acuerdo a los pesquisas, la víctima sufrió un disparo efectuada con un arma calibre 22 y el proyectil quedó alojado en su cuerpo, por lo que los forenses lo extraerán en la operación de autopsia para un posterior cotejo balístico.
Además, los investigadores determinaron que a Barboza ninguna de sus pertenencias, como su moto, su teléfono celular ni el dinero en efectivo que llevaba consigo.
“Probablemente, los delincuentes querían apoderarse de la moto de la víctima para luego venderla en el mercado negro”, señaló el investigador consultado.
Por otro lado, los pesquisas analizaban ayer por la tarde las imágenes de las cámaras de seguridad que funcionan en la escena del crimen y sus alrededores en busca de pistas sobre los homicidas.
En ese sentido, los testigos declararon que los asaltantes eran jóvenes, no llevaban casco colocado pero sí sus rostros semicubiertos con gorras con visera y se movilizaban en una moto roja y sin patente.
Por su parte, familiares de Barboza contaron al fiscal Maraggi que la víctima ya había sufrido otros asaltos en el último tiempo pero que había logrado evadirlos.
- 30 junio 2014