La vista es hermosa en Kilómetro 15. En el horizonte, el Faro San Jorge de un lado y cerros del otro, todo en conjunción con el azul del mar. Por eso el esquelino Oscar Antonio Austin, de 62 años, decidió instalarse en Comodoro Rivadavia, en su rancho de la zona rural camino a Caleta Córdova, en busca de tranquilidad y paz.
Cuenta que ya estaba viejo para seguir montando caballos en El Escorial y decidió venir a vivir a su pequeña granja “La Gringa”, “para estar tranquilo”.
Junto a sus seis ovejas, gallinas, patos y perros, Austin se siente feliz porque es un hombre de campo. Pero la inseguridad también sacudió su granja durante el fin de semana y luego a sus vecinos.
La misma situación que continuamente preocupa a los habitantes de la zona urbana, debieron padecer tres vecinos de campo.
Uno de ellos Jonathan Chacana de 22 años, que reside frente a la granja de Austin, recibió en los primeros minutos de la madrugada de ayer un disparo en la mano.
Fue cuando un delincuente amparado por la oscuridad ingresó a su vivienda y ante la reacción de enfrentarlo, le disparó a quemarropa.
El disparo le perforó la mano y Chacana salvó su vida casi de casualidad mientras el ladrón escapó en un vehículo.
El joven salió al exterior como pudo y observó escapar al ladrón. Austin escuchó el fuerte estampido del disparo y también salió a ver qué ocurría. Le hizo señas con la linterna a Chacana y el joven asustado con la mano ensangrentada fue en busca de su ayuda.
Austin le dio asilo en su casa y el herido se comunicó con la policía para pedir asistencia médica. Desde la Seccional de Kilómetro 8 tomaron intervención y Chacana fue hospitalizado.
LA LEY DEL CAMPO
Austin ayer a la mañana se levantó con una fuerte angustia que le oprimía el pecho. Es que en Comodoro buscaba paz y no la encontró.
Es que además del ataque sufrido por su vecino, se suma que el sábado a la madrugada ya lo había visitado a él un delincuente en una camioneta.
Austin dormía en su rancho cuando oyó pasar un avión por arriba de su casa, buscando bajar a la pista de aterrizaje del aeropuerto Mosconi.
“Aguante”, su perro, ladró. Y él se levantó, es que si su amigo ladra es porque algo anda mal.
En ese momento sorprendió al delincuente intentando sustraerle una de sus ovejas. Y Austin lo asustó. “Yo no tengo miedo, que venga de vuelta a sacarme la oveja, ahí lo voy a dejar tirado de un tiro. Yo soy de campo, no soy de pueblo”, reiteró a Diario Patagónico este hombre curtido por el frío y el trabajo.
Acostumbrado a dormir al cobijo de alguna mata, sólo con el cielo como manta, dice no temerle a nadie.
Pero la noche no terminó allí. El delincuente según Austin volvió a las horas y robó en una casa frente a la de él en donde residía una pareja de jubilados.
Según comentó, el ladrón le robó un calentador y “varias cosas buenas”.
Cuando el delincuente sacó todo lo que pudo, según Austin, aparentemente prendió fuego la casa. Y el matrimonio jubilado que solo residía los fines de semana en la vivienda, se quedó apenas con maderas carbonizadas.
“Y ahora vino de vuelta”, señaló en alusión al ladrón que cree que es el mismo que la noche del martes baleó a Chacana.
La vecindad de Kilómetro 15, en donde residen muchos productores de la cooperativa “Frente al Faro” se mostraban ayer preocupados ante estos hechos de violencia e inseguridad que sacuden al sector, por lo que piden mayor frecuencia policial en el patrullaje.
La comisaría de Kilómetro 8 tomó declaraciones en torno a los hechos y se encuentra investigando.
- 08 marzo 2012