“A las estaciones que me recepcionan, se solicita ocho dadores de sangre para nuestro compañero Jorge Ríos” pedía ayer al mediodía con radio policial en mano el guardia de la Seccional Laprida.
Es que el cabo primero Jorge Horacio Ríos, había sido baleado a las 6:50 en Jamaica 335, a solo dos cuadras de la comisaría cuando intervino en un asalto armado a una vivienda. Al cierre de esta edición luchaba por su vida en el Hospital Regional, mientras sus familiares y amigos marchaban por las calles de Laprida exigiendo seguridad para el barrio.
La tragedia se desencadenó cuando una mujer llamó a la Policía y con angustia contó que estaban pateándole la puerta de la vivienda. Una vez adentro, los delincuentes exigieron dinero y le pegaron un culatazo a un joven de apellido Ramos, integrante de una familia conocida del barrio. Mientras tanto, el cabo Ríos y otros dos suboficiales llegaban corriendo para enfrentar a los delincuentes.
EL TIROTEO
Según informó la Policía, cuando llegaron al lugar una mujer y un hombre huían corriendo. Ríos se dio cuenta de que en el interior todavía quedaba un sospechoso. Cuando les avisaba a sus compañeros de la presencia, se encontró de frente con el delincuente. Le pidió que arrojara el arma al suelo, pero el delincuente efectuó al menos cuatro disparos contra los policías.
Una de las balas impactó a Ríos en la cintura, debajo del chaleco antibalas, a la altura de la cadera. Cayó al suelo mientras se desataba el tiroteo a su alrededor. El delincuente recibió un disparo de escopeta en la espalda que no le impidió escapar.
Se priorizó la salud de Ríos, que fue asistido por un remisero que cruzaba por el lugar. Lo trasladaron al Hospital Alvear y luego al Regional donde al cierre de esta edición era intervenido quirúrgicamente y se encontraba en estado grave.
Ríos, que tiene un hermano que también es policía, pasó por distintas seccionales de la zona sur y también prestó servicios en el módulo norte.
DOS DETENIDOS
El agresor del Policía corrió por calle Jamaica hacia arriba en dirección al cerro. Ya enterados de que un policía había sido herido, el jefe de la dependencia, Miguel Bustamante, llegó al lugar a coordinar la búsqueda de los agresores.
Con la colaboración de personal de Mosconi al mando del oficial Javier Candia, comenzaron a levantar testimonios en el lugar. De este modo se pudo establecer la identidad de los presuntos autores. Incluso se encontró la Play Station 2 robada que había sido descartada en medio de la huida.
Cuando los policías buscaban a los agresores en medio de la oscuridad, del cerro descendía una pareja. Aunque intentaron hacerse los desentendidos de la situación, rápidamente se comprobó que no eran inocentes. El hombre tenía sangre y su fisonomía coincidía con las características del agresor. Se trataba de Daniel Alberto Almonacid (23). La chica, en tanto, era su hermana Florencia Almonacid (18). Ambos son hijos de Omar Almonacid, un hombre con antecedentes por causas de drogas y al que en el barrio conocen como “el padrino”.
En el cerro, la policía halló un revólver calibre 38 envuelto en un buzo. El arma, que según informó la Policía sería la utilizada en el tiroteo, fue secuestrada por Criminalística. En tanto, en la vivienda asaltada quedaban aún los orificios de bala producto del tiroteo.