Un intenso flujo de hinchas argentinos se registra desde temprano alrededor de la Laguna de Pampulha y en las afueras del Mineirao de Belo Horizonte, en la previa del encuentro entre la Selección e Irán.
Los fanáticos aprovecharon la agradable mañana en la capital del estado de Minas Gerais, con una temperatura de 22 grados, y se concentraron desde temprano en el barrio del estadio Governador Magalhaes Pintos.
Mientras muchos brasileños realizaban actividades aeróbicas al borde de la laguna, los argentinos colorearon sus márgenes de celeste y blanco a la espera del juego con el Seleccionado asiático.
Entre mates, fotos, cervezas, saltos y cánticos, los hinchas paliaron la ansiedad en la previa del partido, que está controlado por un celoso operativo de seguridad desde las ocho de la mañana. Un impenetrable vallado, con su primera contención a 500 metros del perímetro de la cancha, impidió que los simpatizantes sin entradas pudieran acercarse a los accesos.
En la avenida Otalicio Negrao de Lima, frente a la laguna y a ocho cuadras del Mineirao aproximadamente, se montó un bar móvil argentino -auspiciado por una marca de cerveza-, donde los hinchas sin boletos buscaban cerrar un buen negocio en la reventa.
Cerca de 30 mil argentinos arribaron desde el pasado miércoles a Belo Horizonte, sede del segundo partido y lugar donde el seleccionado de Alejandro Sabella montó su concentración para la competencia.