Desde la organización del "Homenaje al gaucho patagónico" se destacó que mientras hoy Comodoro está muy ligada a la actividad petrolera, la actividad originaria de la ciudad tiene más bien al hombre de campo, el que copaba el pueblo fundado y desarrollado a partir de las líneas del ferrocarril tendido para "sacar" de Sarmiento toda la producción agrícola ganadera de la región.
Del homenaje participó el intendente Néstor Di Pierro junto a su vice, Carlos Linares, el concejal Juan Pablo Luque, y el titular de Comodoro Deportes, Othar Macharasvili, quienes participaron de la entrega de reconocimientos a personalidades vinculadas a la actividad y que incluyeron a los trabajadores rurales, arrieros y pobladores como Lorenzo Fernández, Juan Lorenzo Díaz, Ramón Cañulaf, Benigno Soto, Lolo Sides, Florencia Juárez, Carmen Inés Aguilera, Eduardo Figueroa y José Raul Lobos.
También se otorgó una distinción al cantautor Nito Saiz, al periodista Sebastián Cifuentes, por su programa "El sentir patagónico" y Francisco Martínez, primer poblador del barrio Ciudadela.
Fue Mirta Martínez, titular de la Asociación Vecinal quien tuvo a cargo la apertura del acto homenaje, y lo hizo eligiendo unos párrafos de Leopoldo Lugones valorizando el rol del gaucho en la nacionalidad, para agradecer además a la Secretaría de Servicios Públicos que desde hace varias semanas desarrolla tareas en el barrio.
El Vasco Salaberry eligió el rol de la mujer de campo como imagen a destacar dentro de la actividad, reivindicando además la importancia de conmemorar esta fecha: "Comodoro Rivadavia es la Capital Nacional del Petróleo, pero no nació petrolera sino por una necesidad de un puerto para sacar los productos del interior de nuestra provincia. Ahí estaba el gaucho que venía en aquellos tiempos amansando caballos, acomodándose como pudiera y estaba ese hombre que muchas veces no valoramos y que está en el anonimato y es nuestro gaucho patagónico. Gracias a nuestros mayores, a esos hombres criollos, gauchos, pudimos hacer el Comodoro actual", dijo para dar paso a un recitado del Martín Fierro con el que se dio la invitación a la choripaneada bajo un sol radiante.